Rescatan a una nigeriana que era prostituida con amenazas de vudú

La joven alertó en el aseo de la estación de autobuses de Murcia de que estaba siendo explotada sexualmente

La Verdad, A. N., 26-02-2016

Pese a su juventud, ya arrastra una terrible historia de explotación sexual y violencia. La Policía Nacional logró rescatar en Murcia a una nigeriana, de 19 años, que presuntamente estaba siendo prostituida por una compatriota, ahora detenida. La joven fue captada en su país con 15 años, con la promesa de un trabajo digno en España, y la arrestada la trasladó a Libia, donde durante dos años fue obligada supuestamente a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero para costear su viaje a Europa. La víctima pudo alertar a la Policía de su calvario desde los aseos de la estación de autobuses de Murcia y, tras años de explotación, logró ser liberada.

Almería era, al parecer, el destino final de esta joven, que fue trasladada a España presuntamente para su prostitución. En el registro de la vivienda de su supuesta proxeneta, en la localidad alicantina de Torrevieja, los agentes de la unidad de redes de inmigración ilegal y falsedades documentales (Ucrif) hallaron vestigios de rituales de vudú, concretamente restos de cabello, vello púbico y sangre de las mujeres a las que quería doblegar su voluntad. Esta es una creencia con bastante arraigo en el país de origen de la víctima. La Policía también encontró tres pasaportes y numerosos móviles.

Tras su liberación, la joven relató su calvario a los agentes especializados de la Ucrif y a personal de la Comunidad acreditado en la asistencia a mujeres víctimas de la trata. Según explicó, llevaba pocos días en España, donde llegó con documentación falsa desde Italia.

Solo tenía 15 años cuando fue captada en Nigeria por una compatriota que le prometió que la ayudaría a trasladarse a Europa para trabajar en un supermercado. Viajó ilegalmente a Libia y una vez allí le dijeron que tenía que pagar una deuda de 40.000 euros a una organización. Al no poder hacer frente a esa deuda, la compatriota la vendió a otros explotadores que, durante unos dos años y pese a ser menor de edad, la sometieron a continuas violaciones y amenazas de muerte. Una vez reunido el dinero, la proxeneta la trasladó a España.

Al llegar a la estación de autobuses de Murcia, la víctima se coló en el aseo y allí, en lengua inglesa, trató de pedir auxilio. La Policía fue alertada y, al llegar a la estación, encontró a la joven en el baño. Su proxeneta trató de confundirse entre la gente, pero fue arrestada.

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