Blanchard Moussayou, el arquitecto de lo textil

Este erandiotarra estudia los tejidos y los procesos a la hora de diseñar y elaborar sus prendas

Deia, L. GONDRA , 25-02-2016

ERANDIO – Decir que ama la moda es quedarse corto. Muy corto. Lo suyo es el mundo de lo textil, de los tejidos, del diseño más allá de lo que a ropa se refiere. Juega con los materiales y aplica técnicas experimentales para demostrar las posibilidades que ofrece este ámbito. Podría decirse que Blanchard Moussayou Sambou es un arquitecto de lo textil: le apasiona construir prendas que se asientan sobre los cimientos de un diseño estudiado sesudamente y donde el proceso de elaboración expresa tanto como la estética final. Técnico superior en patronaje industrial, este erandiotarra ha volcado su inmensa curiosidad por el mundo textil en una serie de diez sudaderas, cada una con un nombre y con una historia contada a través de su diseño y por la técnica experimental utilizada en el proceso de elaboración. Son prendas que han nacido bajo su marca, Blessing my soul, y que conforman la exposición Pensamiento tangible que ha estado en el centro Josu Murueta de Astrabudua, su barrio, ese barrio al que aferra sentimientos y experiencia vital…

Nació hace 31 años en Angola y cuando apenas tenía ocho se instaló en Astrabudua con su familia, que recaló en estas tierras para iniciar un nuevo camino y en la búsqueda de una buena formación para Blanchard. “La pelea por tener algo mejor”, explica este joven de sonrisa abierta y franca. No tardó en fundirse con las calles y el bullicioso devenir de Astrabudua. “Me identifico con el barrio por la buena aceptación que he tenido y por la forma de vivir”, asegura. “En Astrabudua no puedo avanzar cien metros sin pararme a hablar con la gente”, añade Blanchard, hoy afincado en Bilbao. Jugó a fútbol en el Astrabuduko y también le dio al balón en el Santutxu, e incluso en el Athletic entre 1999 y 2001, en juvenil nacional y en división de honor. “Fui el primer jugador negro en las categorías inferiores del Athletic”, narra.

Obtuvo el título de técnico superior de patronaje industrial, hizo sus prácticas y hoy día trabaja en una tienda de ropa. “Pero quiero algo más y decidí seguir formándome para en el futuro no verme anclado. Me gustaría patronar, ser técnico de calidad, comprar tejidos…”, plantea. “Me gusta la creación, es un mundo que me parece increíble: partes de cero y tienes ideas en la cabeza que es interesante llevarlas a cabo, verlas tangibles”, añade. De esa inquietud surgieron estas sudaderas que ha ido desarrollando en un espacio de coworking en Bilbao La Vieja que comparte con artistas de otras disciplinas.

Ha diseñado, ha elaborado los patrones y ha cosido cada una de estas prendas que cuentan una historia a través de materiales y técnicas. Son sobrias pero tremendamente atemporales y expresivas, como la llamada Balance, que combina un tejido elástico con otro que no lo es y que transmite la importancia del equilibrio en la vida; o Black angel, que lleva unas negras alas incrustadas en la espalda, huyendo de la técnica habitual de los parches o las estampaciones. “Lo que esta pieza viene a decir es que un ángel negro puede volar en el mismo cielo que el ángel blanco”.

Ahora, mira al futuro con una consigna: seguir investigando y creando desde la nada, eso sí, sin objetivos estancos: “Me encanta disfrutar del camino. Sabré cómo dar el paso siguiente cuando dé el anterior. El futuro es un minuto más tarde. Sé que tengo posibilidades de hacer cosas interesantes con todo esto”, concluye el arquitecto de lo textil.

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