Desde la Avenida de Tolosa

La prueba de los refugiados

Diario de noticias de Gipuzkoa, Por E. Iribarren, 26-02-2016

La llegada de miles de refugiados a Europa huyendo de la guerra, la inseguridad y el hambre está poniendo a prueba las costuras de la Unión Europea. La unilateralidad en la manera de afrontar está cuestión se está abriendo paso entre los países miembros, cada vez más permeables a los discursos que abordan esta cuestión desde el miedo, el prejuicio o directamente la xenofobia. La amenaza del Reino Unido con abandonar el nido comunitario y volar por su cuenta chapotea en estas aguas, tan del gusto del UKIP de Nigel Farage, el ala más radical de los eurófobos británicos. Recientemente, el comisario europeo de Inmigración, Dimitrios Avramopoulus, admitía que Europa está en una encrucijada y que su unidad “está en juego”. Bruselas no solo es incapaz de poner a los estados miembros en la misma dirección; tampoco ha podido ejecutar su plan estrella para el reparto, en base a cuotas, de 160.000 refugiados sirios e irakíes. Apenas unos pocos centenares han encontrado acomodo en algunos de los países miembros. Pero el mayor problema ahora es que los países de la UE han empezado a actuar por su cuenta, como Hungría, que va a convocar un referéndum en el que espera que sus ciudadanos digan no al plan de acogida por cuotas de Bruselas, o Austria, que trata de afrontar la cuestión junto a los países balcánicos ignorando a sus socios europeos. Y en primera línea, Grecia, que a la fuerte crisis económica que padece debe añadir la gestión casi en solitario del tránsito en ida y vuelta de miles de refugiados que tratan de subir al norte y son devueltos hacia el sur. Avramapoulus envió ayer a los países comunitarios un mensaje desesperado en favor de una estrategia coordinada antes de que el sistema colapse. La unidad europea está en entredicho como nunca antes. Pero también sus valores, y en defensa de ellos se celebran mañana en cientos de ciudades europeas marchas por los derechos de los refugiados para exigir que Europa los reciba con dignidad. En Donostia, será entre el Kursaal y la paloma de la paz.

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