enlace marítimo y ferroviario con Reino Unido
Crece la tensión en el campo de inmigrantes de Calais ante la inmiente evacuación
Las organizaciones humanitarias reconocen que la "jungla" no es un lugar aceptable, pero sostienen que su cierre no mejora la situación.
Deia, , 23-02-2016El campamento de inmigrantes de Calais, donde cientos de clandestinos
aguardan su oportunidad para entrar en el Reino Unido, vivió hoy una
jornada de tensa calma, ante la orden de evacuación parcial dictada por
el Gobierno francés y frenada provisionalmente a la espera de una
decisión judicial.
CALAIS. La rutina que se ha creado en el lugar, situado a las afueras de la ciudad que alberga el puerto de enlace marítimo con el Reino Unido y el lado francés del eurotúnel, se vio alterada por la inminencia de su eventual cierre.
El Ejecutivo francés había ordenado la evacuación de la mitad sur del campamento antes de la noche de hoy, al considerar que la llamada “jungla” de Calais no reúne las condiciones humanitarias necesarias para albergar a los inmigrantes, por lo que ha sido condenado por la justicia.
A cambio, instaló junto al campamento un barrio de barracones prefabricados y con calefacción para albergar a los evacuados.
Pero las organizaciones humanitarias que trabajan desde hace meses con los clandestinos consideran que el número de camas alternativas es muy inferior al de las personas que residen en la parte que pretenden evacuar.
Por ello, varias de ellas interpusieron una denuncia ante el Tribunal Administrativo de Lille (norte de Francia), cuya titular visitó hoy el campamento, rodeada de importantes medidas de seguridad, y escuchó a las diferentes partes, aunque no se pronunció sobre el caso, lo que retrasó la eventual evacuación del campamento.
No está previsto que dicte su veredicto hasta mañana o el jueves, lo que puede prolongar la situación de tensa espera en la “jungla”.
El campamento vivió hoy pendiente de su futuro más cercano. La entrada de una máquina excavadora, lo que en los últimos días era un hecho habitual para desescombrar alguna zona, fue recibida con desconfianza.
“¿Se acabó la ‘jungla’?”, preguntaban, asombrados, algunos de los inmigrantes, que ya en los últimos días venían augurando novedades en su situación.
Un refuerzo del dispositivo policial que rodea el campamento y la presencia de multitud de periodistas son otros de los elementos que han alterado la vida de este atípico lugar.
“Yo solo me muevo de aquí para ir al Reino Unido”, asegura a Efe Aso, un cristiano de Irán que juega con la cruz de madera que cuelga de su cuello.
Como otros muchos habitantes de la “jungla” de Calais, Aso teme que ir al campamento oficial instalado por el Gobierno francés ponga fin a sus esperanzas de llegar al otro lado del canal de la Mancha, donde le esperan sus dos hermanos que, como él, huyeron “de la difícil vida de un cristiano en el sanguinario régimen iraní”.
Francia obliga, por motivos de seguridad, a que todos los que acudan a los barracones sean registrados a través de sus huellas dactilares.
“Eso ya te cierra las puertas del Reino Unido”, afirma Gabremikel, un eritreo que regenta una improvisada barbería.
Si logran entrar en territorio británico y las autoridades del Reino Unido consiguen establecer que lo hicieron desde Francia, pueden ser devueltos a este país, lo que pondría fin a sus sueños. Por ello no quieren dejar sus huellas dactilares, ni que las cámaras registren sus rostros. Ningún trazo de su paso por Calais, trampolín al que se aferran a la espera de tiempos mejores.
Porque el refuerzo de las medidas de seguridad ha dificultado de forma importante sus opciones de llegar a tierra británica escondidos en camiones de mercancías.
Las organizaciones humanitarias reconocen que la “jungla” no es un lugar aceptable, pero sostienen que su cierre no mejora la situación.
“Nunca se irán de Calais. Si los echan de aquí, formarán otro campamento. Al menos en éste ya hay algo organizado. Y aquí estamos avanzando en el censo de los niños, que son los que más preocupan. Creo que valdría la pena centrar los esfuerzos en mejorar la situación de la ‘jungla’”, dice a Efe un voluntario de Médicos Sin Fronteras.
La agencia de la ONU para la Infancia, Unicef, alertó precisamente de la situación de los menores, “desprotegidos” si se ordena el desalojo de la parte meridional del campo.
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