Cierra sus puertas el centro de acogida de refugiados en Baigorri
Sus 49 ocupantes han sido trasladados a otros centros tras una estancia de casi tres meses
Deia, , 22-02-2016El centro de ocio de Baigorri vuelve a estar vacío. Tras una estancia de casi tres meses, en los últimos días, los 49 refugiados han abandonado la localidad bajonavarra tal y como estaba previsto al comienzo de la operación humanitaria. Algunos se encuentran ya en otros centros en Pau y Avignon dónde continuarán realizando los tramites de la demanda de asilo iniciados en Francia. El proceso puede durar hasta dos años y habitualmente París acepta tan solo un 20% de las peticiones.
El futuro de estas víctimas de guerras que han transitado por Euskadi norte es por lo tanto más que incierto. Al abandonar el bucólico valle bajonavarro, muchos de ellos explicaban que sueñan con poder residir en el Estado francés para vivir en paz.
Hace unos meses, estos refugiados procedentes de Sudán, Eritrea, Kenya, Irán, Irak, Afganistán y Pakistán fueron conducidos a la denominada jungla de Calais, un campo de concentración improvisado situado en el norte de Francia. En octubre, el Gobierno francés decidió ayudar a estas personas que sobreviven en condiciones inhumanas y mejorar al mismo tiempo la seguridad en los accesos del túnel de La Mancha ya que a menudo estas personas tratan de viajar hacia Reino Unido.
El ministro galo del Interior decidió poner en marcha un dispositivo de acogida para estos refugiados. La localidad bajonavarra de Baigorri, que durante la década de los noventa acogió ya a un centenar de refugiados procedentes de Bosnia, puso su centro de vacaciones a disposición del Estado. París ha financiado de forma integral la operación cuyo coste asciende a 200 000 euros.
En las últimas semanas, los refugiados han sido sometidos a controles médicos y han podido iniciar los trámites para pedir asilo. Han cambiado zonas de guerra por la quietud que ofrece el valle ubicado entre los montes Iparla y Oilarandoi. Pese a que algunos vecinos se mostraron preocupados por la llegada de estos refugiados, en Baigorri el balance es finalmente más que positivo.
El director del centro de acogida califica la iniciativa de excelente por la ausencia total de incidentes. Denis Boutin señala que los 49 hombres gozaron de “condiciones humanas, volvieron a aprender a vivir en comunidad” y, muchos de ellos, consiguieron mejorar su nivel de francés.
Refugiados agradecidos Antes de marchar, estos hombres han agradecido la atención recibida en el País Vasco. Personas acostumbradas a dormir en el suelo en un campamento improvisado en el que tan solo se ofrece una comida al día afirman que durante tres meses han podido vivir en un “auténtico palacio”, ya que en Baigorri han podido realizar tres comidas diarias. Además de paseos, partidos de fútbol e incluso de pelota vasca, estos hombres han podido conocer mejor la cultura local.
Hace unos días, los vecinos de Baigorri organizaron una emotiva fiesta en la que se mezclaron danzas vascas, bertsos y canciones en euskara con músicas y bailes orientales. Alrededor de 350 personas participaron en una comida popular en la que los comensales mostraron su solidaridad a los refugiados. Explicaron entonces que algunos huyeron de la persecución de los talibanes mientras que en su huida de una zona de conflicto otro tuvo que atravesar Libia, Italia y Francia.
Aseguraba este último que el viaje en autobús que duró doce horas entre Calais e Iparralde no fue nada comparado con la pesadilla que supuso atravesar el Mediterráneo en un barco en el que hubiera podido perder la vida en cualquier momento. Excepto la última, cada etapa le ha supuesto un importante desembolso económico.
Por otro lado, el Gobierno francés se prepara ahora para acoger a treinta mil refugiados procedentes principalmente de Siria; en este caso, la estancia sería de varios años. El Ayuntamiento de Hendaia ha preparado dos viviendas en las que podrán residir doce personas que llegarán a Euskal Herria en los próximos días. Los vecinos crearán un colectivo para favorecer la integración de estas personas.
El organismo, que se constituirá a finales de mes, pretende organizar cursos para aprender el idioma y aportar ayuda para facilitar la inserción de estos nuevos residentes. En Zuberoa, los 550 vecinos de Atharratze también se preparan para acoger a una decena de sirios. Arnaud Villeneuve, primer edil socialista de la capital de Basaburua, asegura que el consistorio ha preparado dos viviendas que pueden albergar a doce personas.
Los apuntes
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