La llama del racismo se aviva en Alemania

El Mundo, PABLO LÓPEZ BARBERO BERLÍN, 22-02-2016

Una masa enfurecida aplaude mientras las llamas devoran un edificio. Varias personas entonan cánticos contra los inmigrantes, mientras otras intentan sabotear el trabajo de los bomberos. Algunos, varios en estado de embriaguez, no obedecen cuando la policía les obliga a desalojar el lugar. El dantesco escenario no es fruto de una pesadilla ni de una película en competición en la Berlinale; ocurrió en la ciudad alemana de Bautzen, en el estado de Sajonia, en la madrugada de ayer domingo.

El edificio, en pleno centro urbano, es un antiguo hotel que estaba siendo reconvertido en albergue de refugiados. En él se iban a alojar unos 300 solicitantes de asilo a partir del próximo mes. No hubo heridos, pues se encontraba vacío, aunque los daños materiales son cuantiosos. El incendio obliga a cambiar los planes, algo que sin duda celebrará el grupo que aplaudía la destrucción de las llamas. El acta de la policía local reflejaba que «varias personas hicieron comentarios perniciosos y no ocultaron su alegría».

El diario regional Sächsische Zeitung recogió cánticos de «no al albergue». El Dresdner Post, por su parte, hablaba de la presencia de niños entre los espectadores que, como los adultos, también aplaudían y se referían a los refugiados como «kanaken», término alemán peyorativo contra los extranjeros.

El grupo no solo se limitó a contemplar la escena. Según las autoridades, algunos de los reunidos intentaron sabotear el trabajo de los 70 bomberos que trabajaban para sofocar las llamas, entre ellos dos jóvenes en estado de embriaguez que fueron expulsados del lugar. Las investigaciones policiales apuntan a que el fuego fue intencionado.

La escalada de violencia contra los refugiados no cesa en el estado alemán de Sajonia. En la noche del jueves tuvo lugar otro suceso en Clausnitz –a unos 100 kilómetros al oeste de Bautzen– que conmocionó a Alemania. Alrededor de un centenar de personas impidieron la llegada de un autobús de solicitantes de asilo y bloquearon con coches su acceso al albergue donde iban a ser hospedados.

Varios vídeos que circulan por la red muestran a niños y mujeres retenidos en el vehículo, rompiendo a llorar al contemplar a la muchedumbre enfurecida que les recibía con gritos de «somos el pueblo» y «fuera». En la grabación se ve cómo un policía agarra del cuello a uno de los refugiados y lo obliga violentamente a desalojar el autobús, donde le espera la multitud. Los vídeos fueron publicados en grupos de Facebook de extrema derecha y borrados a los pocos minutos.

El jefe de la policía de Sajonia defendió la labor de los cuerpos de seguridad y acusó a los solicitantes de asilo de tener parte de culpa en lo sucedido por hacer «gestos provocativos» contra el grupo. Tesis que no comparte el presidente regional de Sajonia, Stanislaw Tillich, consternado por estos actos de xenofobia. «Quienes hacen esto no son personas», declaró ayer el político del partido de la canciller Merkel –el conservador CDU–, así como calificó los actos de «repulsivos y aberrantes». El ministro de Justicia Heiko Maas también condenó los hechos en Twitter.

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