Un bebé. Vivo. Rodeado de oscuridad y alambres de espino. Un hombre agotado, asustado, lo ofrece. Al otro lado, unos brazos recogen a la criatura: un rostro en sobra; unas manos cubiertas con guantes de látex. Un instante en la noche del 28 de agosto de 2015 en la frontera entre Serbia y Hungría. La luz de la luna hace visible la escena. Una cámara la recoge. Una foto de la crisis de los refugiados. Más que una imagen.

El fotógrafo australiano afincado en Budapest Warren Richardson fue reconocido ayer con el World Press Photo 2015 por una instantánea que, según reveló su autor que trabaja como freelance, nunca fue publicada.

Según contó Richardson tras conocerse su premio, la imagen la envió a varias agencias de noticias pero ninguna se la compró. «La subí a la red social Facebook y unas 29 personas le dieron al Me gusta. Eso es todo», explicó en declaraciones a la agencia Efe. El propio autor no fue consciente en un primer momento del potencial de lo que había captado con su cámara. «Me di cuenta de que había un bebé en la foto cuatro o seis días después, cuando la vi en el ordenador», recordó.

Quien sí se fijó en la importancia de la imagen desde el principio fue el jurado del World Press Photo. «Tenía poder debido a su simplicidad y simbolismo. Tenía casi todo para dar una fuerte señal visual de lo que está pasando con los refugiados. Es una foto muy clásica, y al mismo tiempo es eterna», explicó el presidente del jurado, Francis Kohn, informa Europa Press.

En esta edición del World Press Photo han participado 5.775 fotógrafos de 128 países que presentaron 82.951 imágenes. Entre los 41 fotógrafos premiados en las ocho categorías figuran dos españoles: Daniel Ochoa de Olza y Sebastián Liste.

Ochoa consiguió el segundo y tercer premio en la categoría Historias de personas por una imagen sobre un festival Maya y otra en homenaje a las víctimas de los atentados de París. Liste, por su parte, se hizo con el tercer premio en la categoría Historias de la vida diaria con una foto de las favelas de Brasil.