Necrópolis mediterránea

Público, Fede García, Kaddour Sbai y Pierre Mawoo, 15-02-2016

Persisten con renovada insistencia los descalabros de cientos, miles, de seres humanos, que se despeñan, día tras día, antes las puertas de una Europa insensible, calculadora y mal pensada, que rechaza de hecho, lo que admite de palabra: DERECHOS HUMANOS como alegato formal, que encubre las negligencias propias en la aplicación y reconocimiento de los mismos.

Los diarios, telediarios, informativos de cada día, incluyen un apartado específico del arqueo diario de víctimas en caliente, cuyo balance concreto, lo certifican los artefactos de ¿salvamento? abandonados en la playas como certificados a la vista de su llegada.

Desgraciadamente, ¡no son bienvenidos! No lo han sido nunca. Los Gobiernos de las pedanías de la Unión Europea, actúan al hilo de sus particulares reservas e intereses locales: se alambran a conciencia las cercas, se establecen tasas y peajes, se factura a los sobrevivientes con etiqueta de gasto revertido a pagar siempre en destino – previa tasación individualizada de pertrechos personales a la vista – con el aval parlamentario oportuno (caso danés), y se establecen limbos a gusto de cada cual, sin que el común denominador del derecho a sobrevivir de las personas prevalezca sobre los intereses espurios de unas autoridades entusiasmadas con planes de reactivación ¿temporal? de los controles de acceso entre los predios locales…

Siempre habrá buenas excusas para rechazar a quienes llaman a la puerta muy a su propio pesar e interés.

Las cifras sí importan, siempre. Pero los treinta y tres cadáveres, los dieciocho últimos, se van añadiendo a la lista de ofrendas forzosas a las puertas de una Europa negligente y soberbia. Lesbos, Kos, Ceuta, etc. No parece que importe lo más mínimo a casi nadie. Son víctimas que nutren las listas abiertas de los excedentes forzosos de las guerras conocidas de nunca acabar.

Vienen, pero no llegan todos ni todas. Vienen, dejando atrás todas las esperanzas. Vienen armados únicamente con el instinto vital natural de la supervivencia. Desgraciadamente, ese exclusivo visado, connatural a los seres humanos, no parece que esté contemplado en las legalidades locales, supuestamente vacunadas en materia de reconocimiento y defensa de los Derechos Humanos, trátese de las Leyes de Asilo y Refugio, Leyes de Extranjería y normas específicas que siguen amañadas, bajo la sospecha de que los refugiados pueden ser profesionales del embaucamiento, la falsedad y la mentira.

En todo caso, la insensibilidad política de los gobiernos y autoridades en general con puesto en plaza, es un hecho lamentablemente contrastado en estas materias, al margen del color político que cada uno detente.

No conocemos reacciones suficientes por parte de los gestores y administradores locales y comunitarios, que enfrenten de modo eficaz la atención debida a las víctimas de estas nuevas ¿Limpiezas étnicas? que sin dudar un solo momento, se cargan directamente en el Haber de las inclemencias climáticas, sin ningún sonrojo ni asomo de vergüenza alguna.

Parece que no da para más – por el momento – la sordidez de una UNIÓN EUROPEA que se blinda ante unas realidades incuestionables, sean éstas noticias de primera plana, o por el contrario, sean objeto de simples comentarios de barra de Bar. Esto es un hecho. Ésta es la impresión que nos produce la ausencia de decisiones políticas por parte de unos países que en su calidad de consortes de la U.E. tienen la obligación de atender a personas concretas (por decenas, centenares o miles) de modo acorde con el legítimo derecho a sobrevivir.

La vacuna de la INSENSIBILIDAD hace estragos, más allá de las caras y fotos de circunstancias de los gestores de la cosa común: Gobiernos y demás titulares temporales en los ámbitos locales o súper-comunitarios. ¿Cuántas víctimas más son necesarias en la Necrópolis Mediterránea- Comunitaria, para que se adopten medidas, no sobre lo previsible, si no sobre la realidad vigente, en estas cuestiones? Es cierto, que se hacen proyecciones sobre lo porvenir: para el año 2016, se prevé que llegarán más de Un millón de nuevos viajeros sin papeles, ni visados, ni hatillos de supervivencia, pero también es cierto que hasta el momento lamentablemente, no se remangan nada más que determinadas ONGs de intervención rápida armadas de voluntad y equipos de supervivencia personal, que según convenga, pueden ser detenidos, como recientemente ha sucedido, ante el silencio y vergüenza de Gobiernos propios y, también ajenos.

Por otra parte, hay que recordar que cincuenta y dos ciudadanos extra-comunitarios han sido recientemente decapitados en aplicación de las Leyes vigentes en la Arabia Saudita. Lamentablemente no hay recurso alternativo alguno frente a decisiones inapelables ante semejante barbaridad, salvo el de citarlo y denunciarlo. Es un hecho que desde los principios de la historia de la especie humana hace decenas de miles de años, nada ha cambiado en la gestión de la discrepancia sea política, religiosa, cultural o social. La gestión de la discrepancia ha sido y sigue siendo resuelta eliminando a los sujetos discrepantes, sean por razones ideológicas, culturales, religiosas o de cualquier otra naturaleza. Los comportamientos que causan estragos en lo personal o colectivo, aunque éstos sean de muy difícil digestión social o política, según las normas vigentes, pueden ser sancionables… ¿Deben de ser repudiables y condenables? Lo que hoy es excepción, mañana es norma. Cortándoles la cabeza a los condenados, no parece que se resuelva ni la discrepancia, ni los problemas que la justifican.

Silencio de nuevo: se rueda. Los deberes y haberes del Reinato-Saudí, hacen fortuna en forma de enjuages industriales, militares, económicos, o petroleros, y, por tanto, son suficientes para esconder las vergüenzas de una Unión Europea cauta en los pronunciamientos de denuncia, por temor a los efectos directos de los mismos, aunque éstos estén suficiente y fehacientemente justificados ante la decapitación en directo de cincuenta y dos seres humanos, por ejemplo.

Nos preguntamos: ¿También son cincuenta y dos candidatos a minorar sobre las previsiones de llegada de refugiados en 2016?

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