Que pague el muerto

Cleveland reclamó 500 dólares por la ambulancia a la familia de Tamir Rice, el niño negro al que mató un policía ya exculpado

La Vanguardia, Francesc Peirón, 14-02-2016

Muchas veces se observa la gran pintura y se pierde de vista la viñeta. Este es un retrato americano. El lienzo a todo color lo marca el trazo de los numerosos tiroteos que se producen en Estados
Unidos, con detalles remarcados sobre las muertes de ciudadanos negros a manos de la policía. La viñeta refleja el devenir de lo cotidiano, el día a día. El nombre de Tamir Rice figura en ese gran mural, titulado por unos como brutalidad policial a costa de la raza, mientras que otros lo ven como acoso a los uniformados. La obra se empezó a pergeñar en el verano del 2014 con la muerte del joven negro, y desarmado, Michael Brown a manos de un agente blanco, después exculpado.

Ocurrió en Ferguson (Misuri) y esta semana el Departamento de Justicia ha presentado una querella contra el municipio por la falta de acuerdo a la hora de encarar una reforma que acabe con la perenne discriminación. Rice tenía 12 años en noviembre de ese mismo 2014. Iba por un parque de Cleveland con una pistola de juguete. Un policía acudió a la llamada, bajó del coche patrulla y disparó de inmediato. En el aviso de emergencia se advirtió que el arma parecía falsa. También absuelto. Ahora la caricatura. Pasados quince meses y sin culpa el autor, la familia ha vuelto a sentir que se les rompía el corazón. En la web del juzgado que lleva la causa apareció un documento del sumario que ha causado indignación.Era la reclamación del Ayuntamiento contra los herederos de Tamir Rice. Una factura de 500 dólares por el concepto de “últimos gastos del agonizante”. El desglose: diez dólares por cada una de las cinco millas (1,6 kilómetros) que recorrió el transporte hasta el hospital, donde falleció, y 450 por el trato de urgencia que le hicieron en la ambulancia. “Esto es echar sal en las heridas cuando el municipio es el responsable último de la muerte”, comentó a los medios Earl Ward, letrado de los Rice.

La ola de la rabia subió tanto que el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, se vio obligado a rectificar este pasado jueves y a presentar disculpas. “Esto no ha hecho más que añadir más dolor al que ya padecen”, señaló en una rueda de prensa. “Intentamos mantener el decoro sobre cómo tratamos a los ciudadanos, que no son sólo números o dinero”, remarcó. Si esta deuda ha sido condonada, en Chicago sigue la demanda del policía Robert Rialmo contra la familia de Quintonio LeGrier, de 19 años y armado con un bate de béisbol, al que mató el pasado 26 de diciembre. Frente a la amenaza –le intentó dar con el palo–, disparó ocho veces, motivo por el que también murió una mujer, Bettie Jones, de 55, que estaba por allí, en el peor momento. El agente solicita una indemnización de diez millones de dólares. Justifica su petición, y la cuantía monetaria, por la circunstancia de que la acción del joven le llevó a cometer una atrocidad y esto le provoca “un trauma emocional extremo”.El agente respondió a una llamada –al parecer del propio LeGrier– por problemas domésticos en un edificio de dos plantas. Le abrió Jones. En Chicago, donde la brutalidad policial es más que reiterativa, la comunidad afroamericana ha visto esta iniciativa como otro insulto.

Según el abogado de los demandados, Basileos Foutris, “esto es otra bajeza del departamento de policía; primero te matan y luego se querellan”.

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