Unidos por Clementine
Clementine Baza funda en Balmaseda una asociación de lucha contra la pobreza
Profesora, psicóloga y pedagoga, huyó de su Congo natal por la guerra
Deia, , 08-02-2016Balmaseda – A la temprana edad de nueve años, Clementine Baza Bola se comprometió a guiar su vida bajo el principio de ayudar a los demás. “Participaba en un grupo que practicaba la caridad y firmé por escrito la promesa de llevar esa filosofía”, recuerda.
La cumple por medio de la asociación de lucha contra la pobreza que esta profesora, psicóloga y pedagoga nacida en la República Democrática del Congo ha fundado en Balmaseda. Con el nombre de Nos unimos, y en colaboración con vecinos de la villa, exploran formas concretas de contribuir a un desarrollo sostenible tanto en los territorios que sufren los efectos de la guerra y la escasez que ella ha vivido en primera persona como en su lugar de adopción.
Clementine ha intentado no faltar al compromiso ni en los momentos más dolorosos del camino que la condujo a Enkarterri. Durante la guerra en el Congo, en aquella época Zaire, “mataron a mi marido”, un capitán de la armada que trabajaba para el gobierno del dictador Mobutu. Ella huyó al extenderse la amenaza. Se internó en los bosques para llegar un año más tarde a Camerún, donde solicitó asilo político. Aquejada de paludismo por las condiciones del trayecto por la selva, se topó con la otra realidad no menos dura. “Nos daban acceso al hospital, pero no al dinero para comprar medicamentos. Morían mujeres y niños”, rememora.
Clementine se topó con un sacerdote de Salamanca que prestaba ayuda a los refugiados a través de Cáritas y le propuso impartir formación a mujeres en su misma situación. “Me contestó que era muy difícil, pero yo estaba convencida de que al menos algo cambiaríamos”, narra. Gracias a un convento cercano que tenía una escuela de costura y tres mujeres ruandesas que se unieron al proyecto pusieron en marcha las clases para ochenta refugiadas, que “se convirtieron en una especie de terapia”, relata Clementine, orgullosa que, a día de hoy, la escuela permanezca en activo.
La satisfacción de hacer realidad la iniciativa no mejoró su salud. Enferma de gravedad “por un tumor”, fue enviada a un centro de las hermanas de la madre Teresa de Calcuta “a esperar mi muerte”. Seis meses después, embarcaba en un avión rumbo a Madrid para la operación que en África no podrían afrontar. Cuando se repuso le comunicaron su inminente regreso a Camerún al carecer de familia en el Estado. “No me avergüenza decir que me escapé del hospital”, admite. Se dirigió a Bilbao y empezó a trabajar. “Hice muchos cursillos: de limpieza, ayuda a domicilio, salud o cuidado de cuidadores, cuidé niños en una guardería y también fui empleada del hogar”, enumera.
“Cambiar el mundo” Tras afincarse en Balmaseda, no tardó en integrarse en la vida local, “acudiendo al grupo de la parroquia y la residencia de Las Laceras y hablando con la gente”. Al constatar en un viaje que la realidad de África no dista de la que ella dejó se propuso “hacer algo desde aquí”. Para ello, acudió a Bolunta en busca de consejo para constituir una asociación “de lucha contra la pobreza, desigualdad sociocultural y separación de la familia”. Con el nombre de Nos unimos – unissons nous, la registró en junio ya con numerosas ideas para actividades a desarrollar “y una página web”.
Clementine y sus compañeros se han trazado una máxima: “no queremos dinero, nuestra misión es cambiar el mundo”. Visitan huertos para observar el modo de trabajo de quienes cultivan y “a veces no encuentran continuidad porque la generación más joven no recoge el testigo”. Han organizado charlas con Ingenieros Sin Fronteras o de economía feminista con el soporte de la asociación de mujeres del mundo, Babel. Además, en Navidad se llevó a cabo una recogida solidaria de juguetes y preparan la inminente oferta de clases para aprender francés y chino en la localidad, cuya matrícula será gratuita. Nos unimos – unissons nous aporta su granito de arena a otras causas, como un hospital en Lukula, en la República Democrática del Congo y el Sáhara.
El año pasado, Clementine recogió un premio en representación de Balmaseda en la marcha mundial de la mujer celebrada en Portugal que simboliza todo el esfuerzo realizado. Aún queda mucho por delante. A la expectativa de poder establecerse en un local municipal, los miembros más activos de la asociación, unos veinte balmasedanos, se comunican sobre todo vía Whatsapp y correo electrónico, aunque siempre encuentran tiempo para evaluar sus progresos… unidos.
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