México recibirá vuelos especiales de migrantes cubanos en ruta hacia EE UU

El gobierno de Peña Nieto autoriza el ingreso de aviones con cientos de migrantes cubanos que se habían atascado en Costa Rica

El País, Álvaro Murillo , 06-02-2016

Varias semanas después, el gobierno de Enrique Peña Nieto autorizó el ingreso de aviones cargados con cientos de migrantes cubanos que se habían atascado en Costa Rica en su ruta hacia Estados Unidos. México ha hecho oficial este viernes su decisión de aceptar los aviones que saldrán desde el aeropuerto de Liberia (norte costarricense) hacia la ciudad norteña de Nuevo Laredo, a solo dos horas minutos del puesto fronterizo texano de McAllen, donde las autoridades estadounidenses podrían otorgarles los beneficios migratorios que establece la Ley de Ajuste Cubano.

Ya más cerca imposible, considerando que la ley beneficia con la residencia solo a los cubanos que llegan por tierra. Es esta la nueva opción que con entusiasmo anunció el gobierno costarricense de Luis Guillermo Solís para inaugurar este martes 9 de febrero, como una posibilidad de avanzar con más celeridad en el desfogue de la población cubana que desde noviembre protagonizó la mayor crisis migratoria tica desde los años 80. Las autoridades mexicanas han dejado de temer un efecto interno por la recepción del flujo cubano que solo quieren cruzar el río Bravo y se han sobrepuesto a la regla que impedía recibir nacionales de Cuba sin el respectivo visado de la embajada mexicana en La Habana. También han aceptado recibir por vía aérea a partir del día 17 a los migrantes que, en una cantidad cercana a los 2.000, están en Panamá.

Costa Rica mantiene la programación de vuelos desde su territorio hasta El Salvador, de donde los migrantes toman transporte terrestre rumbo al norte. Es la forma de saltarse el rechazo que desde un principio impuso Nicaragua a los migrantes cubanos que desde el años 2012 habían usado Centroamérica como su puente desde Ecuador, que no les exigía el visado. Ahora que Quito ha repuesto su requisito de visado, que Nicaragua ha cerrado sus puertas y que los restantes centroamericanos se han puesto en alerta contra las bandas de traficantes de personas, el corredor migratorio queda minado.

En medio quedaron casi 8.000 cubanos en Costa Rica, que dispuso albergues para muchos de ellos mientras buscaba una salida negociada. Primero con el puente aéreo a El Salvador y ahora a México, en las barbas del “sueño americano” de la población cubana. Quedan aún casi 5.000 en los albergues. Casi, porque el número puede variar según qué momento. La espera ha sido largo y muchos han preferido lanzarse a través de los caminos o os bosques de Nicaragua con ayuda de los “coyotes”. Algunos han logrado ya llegar a Estados Unidos. Otros han sido rechazados y devueltos a Costa Rica, donde han perdido su visado de tránsito y han quedado indocumentados, en lista de deportación. Hay casi 50 presos en San José en espera de un destino que al menos no será Cuba, a donde jamás quieren volver.

Al margen del embrollo político generado entre los países de la región, hay tantas historias como personas. Algunos salieron en familia. Otros dejaron a sus hijos en la isla. Una mujer parió a su hijo en suelo tico. Unos salieron por Trinidad & Tobago y otros en vuelo a Ecuador. Una parte de ellos dejaron todo su dinero a los grupos de “coyotes” y otra parte tiene los recursos suficientes para pagar los 790 dólares del avión entre Liberia y Laredo o los 545 entre Liberia y San Salvador, con el añadido de autobuses por tierra hasta Tapachula, al sur de México. Esta última opción tomaron ya unos 350 pasajeros distribuidos en dos vuelos, como parte del plan que ha requerido el acompañamiento de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

 El desahogo migratorio de los cubanos había echado a andar, pero muchos de ellos acumulaban ansiedad e impaciencia. Otros se quejaban de favoritismo en la lista de viajeros, de desorden y sobre todo de lentitud. Están en el país más caro de Centroamérica y no siempre salen sonrisas de la oficina de Western Union en La Cruz, el pequeño pueblo fronterizo de Costa Rica que se ha transformado por la presencia masiva de los cubanos en los albergues sostenidos con dinero privado y del Gobierno. La estancia se ha hecho larga y la noticia llega como agua de mayo. “No sé si tengo el dinero, pero lo voy a pedir a mis tíos en Florida ¡Mira qué lindo suena eso de no arriesgarse a pasar por tierra México!”, comentaba Uriel Rodríguez por vía telefónica desde uno de los albergues.

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