Londres se sale con la suya
La Vanguardia, , 04-02-2016Londres se ha salido con la suya. La amenaza de que el Reino Unido abandone la Unión Europea tras el referéndum británico que, previsiblemente, se convocará para finales del mes de junio, ha surtido efecto. Cameron ha conseguido una batería de concesiones para tratar de rebajar el euroescepticismo de sus compatriotas, pero el proyecto europeo retrocede unos pasos más y puede salir seriamente tocado. El líder tory ha calificado la propuesta de “cambio sustancial” porque ofrece al Reino Unido “lo mejor de ambos mundos”: el acceso al mercado único a pesar de estar fuera del euro y le da voz en la mesa del Consejo Europeo. La oferta deberá ser ratificada por los Veintiocho en la cumbre de los próximos días 18 y 19.
La oferta de Bruselas a los británicos, entre otras cuestiones, reduce considerablemente los derechos de los inmigrantes –incluidos los de países socios de la UE– mediante lo que se llama el “freno de emergencia” ante un riesgo demostrado del sistema público; rebaja las prestaciones a trabajadores cuyos hijos residen en otro país aunque sea miembro de la UE; se excluye al Reino Unido de acudir en ayuda de países del euro en dificultades, le desvincula de todo compromiso respecto de más integración, y limita a un máximo de cuatro años la libre circulación por suelo británico de trabajadores de países que entren en la UE. Se trata por tanto de una oferta que enmienda de forma considerable el sentido de los tratados comunitarios, aunque según Bruselas no habrá que “tocar ni una coma”, y que se suma a la seria amenaza que la crisis de refugiados proyecta sobre el espacio Schengen, que, junto con el euro, son dos pilares de la Unión Europea.
Cierto es que la preocupación por el Brexit, la salida del Reino Unido de la UE, planea de forma preocupante sobre Bruselas y el futuro de Europa como proyecto. Por esa razón, Cameron planteó una serie de condiciones con las que argumentar ante los británicos la continuidad de su país en la Unión; unas reformas a las que la UE ha dado, en buena parte, luz verde, a la espera de frenar la opción antieuropea en el referéndum del Reino Unido. Pero las contraprestaciones de Bruselas tienen su efecto negativo en el conjunto de los ciudadanos comunitarios, en lo que supone de enmienda a unos derechos que habían adquirido cuando el proyecto europeo avanzaba en medio de enormes dificultades. Pero es que, además, esas propuestas abren la puerta para que otros países de la UE, en serias dificultades por el aumento de grupos xenófobos, puedan acogerse o exijan medidas similares a las ofrecidas a los británicos, con lo que el proyecto europeo se debilita hasta extremos más que preocupantes.
Europa está en una difícil encrucijada que cuestiona su futuro. La crisis económica ha exacerbado los intereses nacionales y ha potenciado a los antieuropeos, lo que ha obligado a un repliegue de posiciones que pone en duda el proyecto de unión. El referéndum británico es una dura prueba para la UE porque la salida del Reino Unido significa desgajar del proyecto a una parte fundamental de Europa. Cierto que los británicos nunca se han sentido parte esencial de la UE, pero su ausencia significaría un golpe de consecuencias imprevisibles. Bruselas ha reaccionado al reto británico, pero debería al mismo tiempo tratar de dar un empuje al proyecto. En caso contrario, la propuesta a los británicos sin compensaciones puede haber abierto una puerta a la desunión.
(Puede haber caducado)