El pintxo-pote de Gros recaudará fondos para una zodiac de auxilio a refugiados

La ONG de voluntarios guipuzcoanos va por el tercer turno de ayuda humanitaria

Diario de noticias de Gipuzkoa, ALICIA ZULUETA RUBEN PLAZA, 04-02-2016

DONOSTIA – El pintxo-pote del barrio donostiarra de Gros de mañana será una iniciativa solidaria que pretende recaudar fondos para ayudar a la ONG de voluntarios guipuzcoanos Salvamento Marítimo Humanitario para financiar una embarcación de auxilio a los refugiados sirios. Iñigo Mijangos es uno de los cooperantes que opera en la isla griega de Quíos, que supone la entrada del 10% de los refugiados por el mar Egeo, según informó ayer en la presentación de este proyecto llamado Rezink Refugees.

Volvió el pasado sábado, después de 20 días junto a cinco compañeros en Quíos. Salvamento Marítimo Humanitario es la única asociación que ayuda desde el agua en esta isla, y ya se encuentra integrada en el dispositivo de salvamento heleno. Desde las 0.00 horas hasta el mediodía, “vienen en unas zodiacs muy precarias unas 50 u 80 personas. La travesía es relativamente sencilla, el problema lo tienen en el desembarco”, relató Mijangos. Si los botes no son desviados a puerto a tiempo, “desembarcan en cualquier sitio como en las rocas o el acantilado”, pudiendo herirse e incluso ahogarse en esos momentos. Además, estos últimos días la temperatura oscila entre uno o cero grados y “muchos vienen con hipotermia”, añadió.

El tipo de atención que dan es de rescate, primeros auxilios y traslado al hospital de los casos “más severos”. Y para ello, fue necesaria la aprobación previa del Gobierno griego pues se trata de una zona “muy militarizada” por la presencia de traficantes de personas y de drogas, que generan gran desconfianza. De hecho, este voluntario explicó que en los botes donde hay un traficante “se comportan de manera distinta” que donde no hay.

En el primer caso, el objetivo del delincuente es pasar desapercibido, “llegar a la costa por donde no le vean y descargar a la gente para volverse”, apuntó. En cambio, cuando no llevan un traficante a bordo, desde las barcas “hacen señales para que les vayamos a rescatar”, destacó.

Al igual que en esta sociedad, “hay refugiados con y sin dinero”, apostilló Mijangos, quien desveló que pasar el canal con buen tiempo cuesta 1.000 euros. “Los más pobres pasan con las peores condiciones y son los que asumen más riesgo”, dijo. De esta forma pagan 400 euros.

Este comercial con experiencia en salvamento criticó que “cuanto más se les cierra la zona turca” ellos buscan rutas “más difíciles”, una reacción que “se va a producir de forma general”, explicó. Por eso, indicó que trazar más fronteras solo “hace que su sufrimiento sea mayor”, porque acabarán encontrando el camino para pasar. Sin embargo, “abriendo fronteras, nos encontraremos con mucha gente que va a actuar de una manera que a muchos no les va a gustar, porque ellos tienen una cultura cívica distinta de la nuestra”, advirtió.

Y para ayudar a paliar esta situación, la Diputación de Gipuzkoa, junto a la empresa de proyectos sociales Rezink, la firma cervecera Keler, y algunos bares de Gros promueven el pintxopote solidario de mañana, que “puede dar lugar a que la gente encuentre un espacio donde movilizarse” ante este “drama humano”, apuntó ayer el diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso.

El evento comenzará a las 20.00 horas en la plaza Cataluña, con la colaboración de los bares Diz, Donibane, Portobello, La Plata, Mendi, Ipotx y Serna, que suministrarán los pintxos. La cerveza irá a cargo de Keler.

EL RETRATO DE UN NIÑO REFUGIADO Asimismo, Rezink levantará una valla “metafórica” en la que dibujará con vasos de plástico el retrato de un niño refugiado. Así, por cada cinco cervezas que se vendan, se eliminará uno de los 2.000 vasos de plástico para tener constancia de la recaudación. Con ello se creará contenido audiovisual que navegará por las redes sociales. “Es una cosa pequeñita que pretende que la gente que esté de pintxopote el jueves se salga de la rutina del día a día”, manifestó el representante de Rezink, Guillermo Viglione.

La recaudación que se obtenga irá a parar a la financiación de una zodiac semirígida de rescate de segunda mano para el equipo de Salvamento Marítimo Humanitario, que ahora actúa con una embarcación de recreo alquilada y sin adaptar. El nuevo bote, valorado en 50.000 euros, contará con dos motores fueraborda de 70 caballos, y lo equiparán con un radar “para localizar los barcos en la noche”, apuntó Mijangos. Además, adquirirán también un visor nocturno que permita ver las embarcaciones a dos millas de distancia “para poder tener un tiempo de respuesta y cogerlos antes de que lleguen a la costa” para evitar que el desembarco se dé entre las rocas. Este último equipamiento costará cerca de 15.000 euros.

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