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«Es imposible volver»

Los refugiados sirios malviven en Jordania sin futuro y sin posibilidad de regresar a su país

La Voz de Galicia, LAURA FERNÁNDEZ PALOMOAmán / CORRESPONSAL, 03-02-2016

Amouna tiene el rostro envejecido y durezas de obrera en las manos. Se supone que no trabaja, porque los refugiados sirios no tienen acceso al mercado laboral jordano, pero no para de bregar con sus cinco hijos y los desmayos que derrumban a su marido, inhabilitado por un tumor cerebral. «A veces me bloqueo, no sé si he de pensar antes en la comida de mi familia, en cómo pagar las medicinas que necesita mi esposo, en no faltar a las radiografías o a la quimioterapia…», lamenta mientras busca en una mochila unos informes médicos. Los muestra. Ella no entiende qué pone. Como su marido, Abdel Rashad, no sabe leer.

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Amouna y su familia escaparon de Alepo en el 2013 esquivando a los grupos armados. «Es imposible volver», asume. Los informes clínicos fueron la llave de acceso a Jordania, donde entraron directos al hospital Bachar de Amán. Allí practicaron a Abdel Rashad una craneotomía. Su vida interrumpida ya por el cáncer, también está truncada por la guerra. «Soy capaz de manejar esta desesperación, pero lo que no puedo gestionar es la falta de futuro para mis hijos», sentencia la mujer poco antes de que Abdel tenga un golpe de tos. El calefactor de gas ha absorbido el aire de la pequeña habitación en la que se protegen del frío en el barrio de Ain al Helweh. Todos sus hijos, menos el pequeño de ocho meses que tan solo gatea, se apresuran a apagar el radiador y abrir la puerta al oxígeno.

Visado de entrada
El encierro en el pequeño habitáculo les recuerda al que viven en Jordania. No hubieran podido pagar el billete de avión a Turquía para luego embarcarse por mar hacia Europa, como el millón de refugiados que lo intentó en el 2015, pero ahora ni siquiera tienen la posibilidad de soñar con ello. Desde enero, Turquía les exige un visado que difícilmente pueden conseguir. La medida, a petición del cerrojazo que le exige la Unión Europea, es otro muro más en la ruta de los solicitantes de asilo hacia territorio comunitario.

La nueva ley, al menos, va a permitir que los sirios que ya están en territorio turco puedan trabajar. En Jordania, los altos niveles de paro hacen imposible ni tan siquiera debatir ese tema. «Hay muchos jordanos que nos ayudan, pero en realidad aquí hay mucha gente que no vive mejor que nosotros», reconoce mientras echa cuentas de los costes en la farmacia (50 euros a la semana), el alquiler (120 euros) y la comida, que les ayuda a pagar Cruz Roja, Cáritas y oenegés locales.

Las cuentas que echa Amouna distan mucho de las grandes cifras que Jordania calcula que necesita para los 1,2 millones de sirios que acoge, aunque Acnur solo tiene registrados 635.000. El rey Abdalá II ha alertado en vísperas de la conferencia de donantes que se celebrará mañana en Londres, que el país está en un «punto de ebullición» ante la presión que suponen los refugiados y necesita 8.000 millones para aliviar la presión demográfica. «Tarde o temprano, creo, la presa va a reventar», recordó.

«Queremos que el mundo asuma sus responsabilidades. Jordania ya ha hecho suficiente», ha llegado a reprochar esta semana el primer ministro jordano, Abdalá Ensour, mientras los parlamentos europeos aprobaban nuevas medidas para frenar el flujo de refugiados. Amouna ya se presentó en las oficinas de la ONU para pedir asilo en Europa. Hace un año que espera.

La ofensiva de Al Asad en Alepo hace descarrilar el diálogo en Ginebra
Debía ser el primer día oficial de conversaciones en Ginebra, pero la oposición siria canceló ayer al encuentro con el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, y advirtió que la ofensiva del régimen de Bachar al Asad contra Alepo amenaza el «proceso político».

Aunque la delegación opositora del Alto Comité de Negociación (ACN) se desplazó al cuartel general de la ONU, no entró en el edificio y denunció a sus puertas la ofensiva «sin precedentes» del Ejército sirio y la aviación rusa contra las ciudades de Alepo y Homs. En las últimas veinticuatro horas, las fuerzas aéreas siria y rusa han efectuado más de 320 bombardeos en el norte de la provincia de Alepo, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH).

El ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, remarcó ayer desde Jordania que solo el 30 % de los bombardeos rusos tiene como objetivo el Estado Islámico (EI). El OSDH ha documentado la muerte de 1.380 civiles, 332 niños, desde la participación de Moscú en septiembre.

De Mistura mantuvo su segunda reunión con los delegados del Gobierno sirio, en los que se esperaba que se discutiesen las exigencias de la oposición para que el régimen adopte medidas humanitarias. «Pensamos que el plazo es quizá demasiado corto para que De Mistura obtenga algo de los socios internacionales, de Rusia y del régimen. Por lo tanto le damos un día más antes de reunirnos», aclaró el portavoz opositor Basma Kodmani.

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