ELGOIBAR – Tras tres semanas de intensa actividad, Laura Daquinta reconoce que aún no ha tenido tiempo para asimilar y valorar todo lo vivido en torno a la campaña desarrollada en Elgoibar con el fin de ayudar a los refugiados que tratan de escapar de las guerras que asuelan sus países. Cansada pero satisfecha y muy agradecida, esta integrante del colectivo 2-dean explica en esta entrevista las particularidades de una campaña que “ha superado todas las expectativas”.

¿Cómo surge la idea de crear un grupo para ayudar a los refugiados?

-Yo me enteré el 12 de enero tras contactar con el grupo Hotz de Bergara para ver cómo podía colaborar con la recogida de ropa para refugiados que estaban llevando a cabo. Ese mismo día me respondieron que al día siguiente iban a realizar una reunión en Elgoibar porque en el pueblo había más gente interesada en poner en marcha alguna iniciativa similar a la suya. Acudí a esa reunión y así empezamos, de la mano de Hotz Bergara.

Una vez formado el grupo. ¿Cuáles fueron los siguientes pasos?

-En primer lugar acudimos al Ayuntamiento para solicitarles un local y para el día siguiente ya teníamos una respuesta favorable. A partir de ahí pusimos en marcha una campaña por Facebook y Whatsapp para solicitar ropa y demás material de abrigo para los refugiados.

La respuesta de la gente de Elgoibar y de toda la ciudadanía vasca ha sido impresionante…

-Ya te digo. Ha superado las mejores expectativas en todos los sentidos. Por un lado, han sido en torno a 80 las personas que han colaborado de manera voluntaria en la campaña y por otro, hemos recibido ropa y material de invierno desde prácticamente todos los puntos de Euskadi…. y hasta de Navarra. Gracias a la solidaridad de la gente, primero llenamos los locales que nos dejó el Ayuntamiento y después los que nos cedieron la Cruz Roja y el club ciclista.

La respuesta ha sido tal que tuvieron que adelantar el final de la campaña de recogida de ropa…

-Así es. Nuestra idea era recoger ropa hasta el pasado martes pero el sábado anterior tuvimos que dar por finalizada la campaña porque no teníamos más espacio para depositar el material. Hicimos correr un mensaje por Whatsapp y Facebook pero aún así el sábado por la tarde y el lunes siguió llegando mucha gente con ropa. Para el grupo de voluntarios fue muy doloroso tener que decir a todas esas personas que no podíamos recoger más ropa, pero no teníamos otra opción.

¿Se han interesado por vuestra iniciativa desde otros municipios?

-Sí, hemos recibido llamadas de personas de otras localidades que querían conocer nuestra experiencia para intentar poner en marcha iniciativas similares en sus pueblos.

¿Qué mensaje le gustaría hacer llegar a la ciudadanía?

-Por un lado, me gustaría animar a todas esas personas a las que les cuesta quedarse sentadas en el sofá ante tanta injusticia para que se movilicen y por otro, pedir a las instituciones que, por favor, hagan algo de una vez por todas para ayudar a la gente que huye de la guerra.

¿Qué le gustaría transmitir en nombre del colectivo 2-dean?

-Nuestro más sincero agradecimiento: a las personas que han colaborado en la recogida de ropa, a quienes han realizado sus aportaciones, al Ayuntamiento, Cruz Roja y el club ciclista por dejarnos sus locales para almacenar el material recopilado, a las numerosas empresas que se han acercado hasta nosotros para ofrecernos cajas, cintas de embalar y pegatinas, al grupo de misiones de Ibarra por donarnos más de 60 tiendas de campaña nuevas y, cómo no, a la empresa Bernardo Ecenarro, por ofrecerse para llevar a Lesbos dos contenedores con trece toneladas de ropa. Además, a nivel personal me gustaría dar las gracias a Nerea Gorostiza, Nerea Gil, Iñaki Iraola, Koro Gabiola, Jesús Gabilondo y Iosu Merino, por formar el mejor equipo posible.

Finalizada esta campaña. ¿Seguirá funcionando el grupo 2-dean?

-No descartamos la idea de seguir ayudando a los refugiados de una u otra manera pero ahora toca esperar a que los contenedores lleguen a su destino y celebrarlo.