La española que denunció el caso de las monjas admite que están agradecidas a la superiora

Ha acogido en su casa de Madrid a las tres mujeres indias que abandonaron el convento de Santiago. Revela que vinieron a España engañadas porque creían que iban a ser enfermeras

La Voz de Galicia, XURXO MELCHORsantiago / la voz,, 02-02-2016

La mujer que envió vía correo electrónico la denuncia a la Policía Nacional que motivó la investigación por la posible existencia de monjas indias retenidas en contra de su voluntad en el convento de las Mercedarias de Santiago es española y vive en un chalé de un barrio pudiente del norte de Madrid. En declaraciones a El programa de Ana Rosa, de Telecinco, ha asegurado que las religiosas vinieron a España «engañadas» porque creían que iban a recibir formación para ser enfermeras. No obstante, admite que las supuestas perjudicadas no vivieron esta situación «como un engaño» y que están incluso agradecidas a la madre superiora y a la congregación. «Ellas solo te dicen yo tengo que estar muy agradecida a la madre porque nos ha dado casa y comida durante veinte años», afirma.

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Esta mujer fue la que contrató como empleada del hogar a la primera monja india que decidió no regresar al convento compostelano tras realizar un viaje a la India para ver a su familia. Además, ha acogido a las otras tres exreligiosas que decidieron abandonar la congregación tras salir del convento para declarar en los juzgados. «Les estamos buscando una casa donde ellas puedan estar», explica.

La denunciante insiste en que las tres exmonjas tenían su documentación retenida y que la madre superiora, a la que tacha de «muy dura», las amenazaba con «meterlas en un avión y mandarlas para la India» si decidían abandonar la congregación.

El testimonio de esta mujer española choca con el hecho de que las tres monjas supuestamente retenidas en contra de su voluntad no han querido presentar denuncia. Además, el mismo día en que estas tres mujeres dejaron el convento también declararon otras dos monjas indias que, tras pasar por los juzgados, quisieron volver y que afirman que llegaron a Santiago voluntariamente y que no están retenidas.

Otro hecho que se ha conocido es que una de las tres monjas que dejaron el convento fue vicaria la segunda en importancia tras la superiora y que por ello tenía acceso a todas las llaves. Además, después fue tornera la que atiende el torno que comunica con el exterior, por lo que tenía contacto diario con muchas personas. Es decir, que podría haber huido o pedido ayuda.

La Fiscalía no dará ningún paso hasta saber si el nuevo juez ordena más diligencias
La negativa de las tres monjas a presentar denuncia deja en manos de la Fiscalía de área de Santiago la decisión de actuar o no de oficio. La fiscala en la que ha recaído el caso, Arancha San José, no dará sin embargo ningún paso hasta conocer qué decide hacer el nuevo juez de instrucción al que se le ha asignado el asunto. Inicialmente se ocupó de él la magistrada Ana López Suevos, pero solo porque estaba de guardia. Eso hizo que fuese necesario turnar el caso sortearlo entre los jueces y le tocó a Andrés Lago Louro, el mismo que fue el encargado de cerrar la investigación del accidente de tren de Angrois. Será él quien deba ahora decidir si ordena más diligencias, entre las que podrían estar nuevas declaraciones. Lo más probable es que finalmente tengan que dar su versión de los hechos tanto la madre superiora como las otras siete monjas que viven en el convento, entre las que hay otras dos indias, así como españolas y mexicanas.

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