El Papa critica la «inseminación artificial» para llenar los conventos de extranjeros

Bergoglio advierte contra la tentación de repoblar con falsas vocaciones los monasterios españoles, «que siguen adelante con cuatro o cinco monjas viejitas hasta el final»

El Correo, DARÍO MENOR, 02-02-2016

Parecían adolescentes en un concierto del último cantante de moda. Muchas de las 5.000 religiosas que participaron en el Encuentro de Vida Consagrada que se celebra estos días en el Vaticano se desmelenaron durante la audiencia de ayer con el Papa Francisco en el Aula Pablo VI. Corrían por los pasillos para verle mejor, gritaban desaforadas su nombre y hacían lo imposible para fotografiarle con sus teléfonos móviles abriéndose paso entre la muchedumbre de monjas, religiosos, frailes, hermanos y vírgenes consagradas. La casi una hora de retraso con que llegó Jorge Mario Bergoglio al encuentro contribuyó a que la expectación y la emoción fueran máximas.

Como en anteriores audiencias con miembros de la vida consagrada, Francisco también dejó a un lado el discurso que tenía preparado, que consideró «aburrido», y se dedicó a improvisar lo que le «venía del corazón». Debe de llevar dentro la situación de la Iglesia en España, pues al afrontar la crisis de las vocaciones se acordó de nuestro país, pidiendo que no se recurra a la «inseminación artificial» para llenar a toda costa los conventos. Habló de los «grandes monasterios y el cardenal Amigo Vallejo puede contarnos en España, que siguen adelante con cuatro o cinco monjas viejitas hasta el final. ¿Por qué el vientre de la vida consagrada se vuelve estéril? Algunas congregaciones hacen el experimento de la ‘inseminación artificial’. ¿Qué hacen? Acoger. Y vienen, vienen, vienen. Y después, los problemas. No. ¡Se debe acoger con seriedad! Se debe discernir bien si esta es una verdadera vocación y ayudarla a crecer», dijo el Papa. Bergoglio advirtió además a los institutos religiosos que «no tienen hijos ni nietos» que no caigan en la tentación de «agarrarse al dinero». «Sabéis que el dinero es el estiércol del diablo», les recordó. Ante esta situación, Francisco invitó a la Iglesia a rezar «con intensidad».

Además del cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, también estaban en la sala los obispos encargados de la vida consagrada en el episcopado español, liderados por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez. La mención a nuestro país y a los malabares que tienen que hacer algunos monasterios para encontrar vocaciones llega nueve días después de que el Tribunal de Santiago de Compostela exigiera a la superiora del convento de las Madres Mercedarias de la ciudad que dejara salir a cinco religiosas de nacionalidad india. La jueza actuó así después de que una antigua religiosa que dejó la comunidad hace dos años denunciara que sus compañeras eran retenidas en contra de su voluntad.

Chismorreo terrorista

Cada vez que improvisa Francisco utiliza imágenes muy efectivas. A la de la «inseminación artificial» se unió ayer la del «terrorismo del chismorreo». «Quien chismorrea es un terrorista. Un terrorista dentro de su propia comunidad, porque lanza como una bomba la palabra contra éste o contra aquél y luego se va tranquilo. ¡Destruye!», comentó.

A los religiosos que tienen la tentación de hablar mal de un hermano Francisco les pidió que se «mordieran la lengua», invitándoles en cambio a decir todo lo que pensaban cuando se encontrara delante el aludido. «Di en público todo lo que sientes que tienes que decir», pidió.

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