La otra mirada

Invitados e invasores

Deia, Por Nekane Lauzirika, 01-02-2016

Tengo amigos/as abstemios, pero nunca suprimo el vino en nuestras comidas. Tampoco ellos han hecho casusbelli, no beben y punto; en su casa incluso compran una botella por si yo quisiera hacerlo. Invitada deseada, no mera cortesía. En casa cuelgo un mapa de Euskalherria, pero no lo descuelgo cuando recibo visitas de no – nacionalista vascos, como ellos tampoco en su casa quitan los ornamentos de su querencia ideológica por mi visita. Cortesía sí, respeto más. Mis amigos/as ateos no me recriminan que tenga símbolos religiosos ni a mi me molesta que ellos tengan los suyos, porque de otro modo ni acudiría a su invitación ni sería su amiga; soy invitada, no invasora de su morada. Ni viceversa.

En Irán llevaría velo, así que me quedo perpleja cuando en Europa ¿refugiados musulmanes? en turbamulta realizan tocamientos a mujeres. ¿No saben que NO es NO? ¿quieren ser invasores en lugar de invitados? ¿o acaso lo hagan porque aquí no les cortan las manos ni lapidan a las chicas que dicen SÍ?

El Islam es una religión no un problema y quizá el obstáculo esté en su exégesis integrista, en la mutua intransigencia o en todo a la vez, por lo que es noticia la pudorosa cobertura de las Venus de los museos italianos por donde ha pasado la legación comercial iraní con su presidente Rohani; hasta han suprimido el vino en las comidas oficiales. ¿Cortesía? ¿respeto? ¿bajada de pantalones? Rohani estudió en Glasgow, donde pudo hartarse de ver desnudos, en vivo y en estampitas. Seguramente le habrán molestado no las imágenes, sino que pudieran verse en Irán: vamos, censura represivo – cultural. Todo sea por el negocio dicen franco – italianos, porque venderle tecnología es el objetivo, aunque haya que poner taparrabos al mismísimo Poseidón. En Francia no han tapado estatuas ni suprimido el vino, directamente han eludido las estatuas libertinas y eliminado la cena oficial para no prescindir del vino francés, porque vender armas es importante pero el lobby vitivinícola francés lo es más.

No quiero imaginar a Italia y Francia como prolegómenos de nuestra dejación de lo propio. Pero si las élites supeditan todo al negocio, estarán invitando al invitado a ser invasor.

Quizá me equivoque y Rohani mande desnudar esculturas cuando le devuelvan visita. ¡Inocente! Quizá.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)