La ultraderecha alemana, imparable gracias a la grave crisis migratoria
El último sondeo sitúa al partido AfD como la tercera fuerza política del país, con un 12% en intención de voto
La Voz de Galicia, , 01-02-2016El pasado verano todos los expertos vaticinaban el ocaso de Alternativa para Alemania. Las tensiones por la crisis de la deuda habían pasado a un segundo plano y AfD (por sus siglas en alemán), que había nacido en el 2013 como una formación antieuropeísta contraria al rescate de Grecia, cayó hasta el 3 % en las encuestas. Pero entonces, el fundador y representante del ala económica, Bernd Lucke, abandonó el cargo, pasando el testigo al sector político y nacionalista, al mando de Frauke Petry. Un par de meses después, estalló la crisis migratoria y el partido cambió su discurso.
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Hoy la formación ultraderechista ha sabido capitalizar mejor que nadie el miedo a los refugiados y el voto contrario a la política de acogida del gobierno, que en el 2015 llevó a Alemania 1,1 millones de demandantes de asilo. Un sondeo publicado ayer le otorga el 12 % en intención de voto, con lo que AfD se consolida como la tercera fuerza política del país. Hasta el punto de que el partido amenaza ahora con lograr representación en tres parlamentos regionales el próximo 13 de marzo, cuando los estados federados de Baden-Würtemberg, Sajonia-Anhalt y Renania Palatinado se den cita con las urnas en el llamado «superdomingo electoral», considerado un barómetro de cara a las regionales del 2017.
Su defensa de los controles fronterizos, las expulsiones y el uso de armas en la frontera, incluso contra mujeres y niños, parece haber calado. «Por supuesto que debemos nuestro ascenso, en primera línea, a la crisis de los refugiados. Podríamos considerarla un regalo», reconocía en diciembre el vicepresidente de la formación, Alexander Gauland, al semanario Der Spiegel. Ante declaraciones como estas, el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, advirtió ayer que «hay serias dudas de que AfD se ciña al orden constitucional democrático».
Pero Alternativa para Alemania continúa imparable, también gracias a su capacidad de robar votos a los conservadores de la CDU/CSU, que no dejan de perder fuelle por los roces internos derivados de la gestión de la crisis migratoria. La popularidad de Angela Merkel va en declive, y su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), cosechó en la encuesta de ayer un 34 % de votos, su peor resultado desde julio del 2012. La presión de la ciudadanía, de sus socios de la gran coalición y de sus correligionarios para que reduzca el flujo de llegadas es tal que la canciller ha dado un giro radical a su política de puertas abiertas.
En última instancia, el gobierno podría devolver a los refugiados que hayan delinquido al país a través del cual ingresaron al territorio europeo, en caso de que no sea posible expulsarles a su lugar de origen, dijo el ministro de la Cancillería, Peter Altmaier. Una tesis que sugería un día antes la propia Merkel, al instar a los demandantes de asilo a regresar a su tierra natal, una vez que la guerra haya terminado.
Más de 10.000 niños refugiados, desaparecidos en Europa
Más de 10.000 niños inmigrantes sin acompañante adulto desaparecieron en Europa en los últimos 18 o 24 meses, advirtió la Europol, que teme que muchos sean víctimas de explotación. La agencia de coordinación policial confirmó ayer unos datos revelados en Internet por el semanario británico «The Observer». Se trata de niños de los que se perdió el rastro. Alrededor de la mitad desaparecieron en Italia. «Es razonable pensar que se trata de más de 10.000 niños», explicó Brian Donald, alto funcionario de la Europol. «Pero no a todos se los explotará con fines criminales matizó Algunos pueden haber sido entregados a familiares suyos».
Atascados en el campo de Calais
Rodeados de cargadores de teléfonos móviles, pero aún sin conexión con su destino soñado: Gran Bretaña. La ONG Care 4 Calais atiende a inmigrantes llegados de Siria, Kuwait o Afganistán que deciden acampar en la zona hasta que surja el momento de cruzar el Canal para ir al Reino Unido en busca de futuro. El ambiente en el campo de Calais es desolador por la precariedad, especialmente dura en este invierno. No hay presencia policial en el campamento, que está dividido por comunidades: sirios, afganos, kuwaitíes y sudaneses son algunos de los grupos que reciben ayuda.
Texto y fotos de Calais: Fuco Rei
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