La población inmigrante quiere quedarse en Euskadi pese al impacto de la crisis, que les ha castigado con dureza. Las dificultades que acechan a este colectivo, como el paro, la pobreza o la inserción laboral en puestos por debajo de su cualificación, no impiden al mismo tiempo que prevalezca su deseo de instalarse de forma definitiva en el país que les ha acogido. Su proyecto de vida es Euskadi. Así lo manifiesta el 80% de los encuestados para el estudio EPIE que realiza cada cuatro años el Gobierno Vasco. El primer informe se realizó en 2010 y ahora se publican los resultados de 2014, lo que permite ver la evolución en el tiempo del fenómeno de la inmigración.

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