Merkel y Renzi no consiguen desbloquear la ayuda a Turquía

Italia sigue reticente a que los estados participen aportando de sus propios presupuestos

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 30-01-2016

berlín – La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, coincidieron ayer en la necesidad de dar una respuesta europea a la crisis de los refugiados, pero su mensaje de unidad no logró aparentemente desbloquear la ayuda de 3.000 millones de euros prometida a Turquía.

En rueda de prensa en la Cancillería de Berlín tras mantener una reunión bilateral, Renzi garantizó que Italia cumplirá con su parte en el plan de acción UE – Turquía, pero recordó que todavía espera que la Comisión Europea responda a las preguntas que ha planteado su país sobre la ayuda comprometida.

A mediados de enero su ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, explicó en Bruselas que Roma no bloquea los 3.000 millones, pero que quiere que sean cubiertos en su totalidad con el presupuesto comunitario, sin que haya que pedir contribuciones adicionales a los países miembros. Merkel, una de las principales defensoras del plan de acción UE – Turquía, subrayó la “urgencia” de que ese programa se ponga en marcha y de que se produzcan avances.

Hace justo una semana, en ese mismo escenario, Merkel había recibido al primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y le garantizó que la Unión Europea pondría a disposición de su país los 3.000 millones de euros comprometidos y que todavía siguen en disputa.

A pesar del invierno, en torno a 2.000 solicitantes de asilo continúan llegando a diario a Alemania y decenas de personas siguen muriendo en el mar intentando llegar a Europa, recordó la canciller, que ve cómo crecen las críticas a su gestión y cómo se retrasa la esperada solidaridad europea.

En este contexto, tanto Merkel como Renzi subrayaron la importancia de luchar contra las mafias que trafican con seres humanos y coincidieron en la necesidad de “más Europa” para abordar esta crisis. “Si Europa renuncia a Schengen, Europa renuncia a sí misma”, advirtió el primer ministro italiano.

Renzi recordó que su país sabe perfectamente qué es sentirse sólo ante un problema, ya que sufrió durante años la llegada de refugiados libios y después sirios y, frente a las críticas, defendió el trabajo que realizan las autoridades italianas a la hora de registrar a todos los solicitantes de asilo que llegan al país.

Ambos abogaron así por la solidaridad internacional para combatir las causas que generan los flujos de refugiados y enmarcaron en ese contexto el proyecto para formar conjuntamente a efectivos de las fuerzas de seguridad libias en la vecina Túnez.

Tanto Merkel como Renzi aseguraron que las coincidencias son mayores que las diferencias y dejaron claro que el objetivo es reducir de forma clara los flujos de refugiados y sustituir la inmigración ilegal por la legal. Merkel mantiene su apuesta por una solución europea a la crisis de los refugiados frente a respuestas nacionales que puedan poner Schengen en peligro.

Sin embargo, su popularidad cae en las encuestas en un país que el año pasado recibió a unos 1,1 millones de solicitantes de asilo y mientras crecen las tensiones en la gran coalición de gobierno.

Ayer logró un pequeño paso adelante al desbloquear con sus socios conservadores bávaros y socialdemócratas el paquete de medidas acordado en noviembre para agilizar la tramitación de los expedientes y las expulsiones de quienes no consigan asilo.

En una reunión con los líderes de la gran coalición, se acordó una moratoria de dos años al derecho a la reagrupación familiar para los solicitantes de asilo que no consigan el estatus de refugiado, pero sí “protección subsidiaria” para permanecer en el país por razones humanitarias.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)