GERMÁN GONZÁLEZ BARCELONA
«Morir en nombre de Alá no duele,
es como un pellizquito». Ésta es la
frase más famosa captada en las escuchas
policiales tuteladas por la Audiencia
Nacional sobre los sospechosos
de pertenecer a una célula yihadista
en Cataluña, denominada
Fraternidad Islámica. Esta conversación
ha sido una de las pruebas que
el juez Santiago Pedraz ha tenido en
cuenta para procesar a 10 de los sospechosos
por un presunto delito de
terrorismo, tras concluir la investigación
judicial. En el auto, al que ha tenido
acceso este medio, el magistrado
indica que la presunta célula de
«carácter yihadista», se conformó en
2014 entre Barcelona y Terrassa y
daba «apoyo a las consignas dadas
por la organización terrorista
Daesh».
Entre los objetivos de la supuesta
célula estaba la captación y adoctrinamiento
a otras personas en el
yihadismo, «para lo cual celebraban
reuniones periódicas en la vía pública
y en domicilios de algunos de sus
miembros con el fin de desplazarse
a combatir a Siria como a cometer
atentados en Cataluña (Parlamento,
comisarías, hoteles, sinagogas, etc)».
El magistrado destaca que la célula
estaba liderada por Antonio S.M.,
un español converso que trabajaba
de peluquero y que se dedicaba presuntamente
a la captación de miembros
y a su adoctrinamiento, como
hizo con un agente de los Mossos
d’Esquadra infiltrado. Precisamente,
esta operación, denominada Caronte,
fue actuación antiterrorista más
mediática de la policía autonómica.
En la entrada y registro del domicilio
de Antonio S.M. se encontraron documentos
y vídeos sobre la yihad, así
como varias libretas con proclamas
y libros que versaban sobre los atentados
del 11-M.
Los otros procesados son Lahcem
Z., Rida H., Said T. –por hacer captación
y estar dispuestos a ir a combatir
a Siria–, y Gonzálo C.N, David F.P.,
Jacob O., Taoufiq M., Mohamed
E.G., y Kayke Luan R.G. «Estos tres
últimos, dada su progresiva radicalización,
intentaron desplazarse a Siria
en noviembre» de 2014, aunque
tuvieron que desistir por estar vigilados
por la policía, como indica el auto.
El juez detalla que el 12 de diciembre
salieron desde Barcelona
para Siria y se los detuvo tres días
después en la frontera de Bulgaria
con Turquía. Pedraz deja fuera a tres
personas que fueron detenidas por
los Mossos; entre ellas, la esposa de
un captado que murió en Siria y a
Diego Frías, acusado por la policía
de conseguir armas y explosivos para
la célula por supuestos contactos
con la extrema derecha. Finalmente
el juez ha considerado que este sospechoso,
defendido por el abogado
Javier Berzosa, no tiene nada que
ver con los presuntos yihadistas.
En su resolución, el magistrado
mantiene que existen «indicios racionales
» contra los 10 procesados por
sus tareas de captación y adoctrinamiento
de personas dirigidas a la incorporación
al ejército del Estado Islámico
además de «la preparación de
actos para atentar en Cataluña». «Tales
hechos quedan acreditados –a
efectos del procesamiento– en base
a las observaciones telefónicas, vigilancias
y seguimientos, lo manifestado
por el agente encubierto y testigos
protegidos, a lo que se une el
material ocupado a los investigados
». También se indica que Lahcem
Z. llegó a pagar el viaje a Siria de
una persona que murió allí mientras
que a Jacob se le requisó una sustancia
para la fabricación de explosivos.