Estocolmo – La policía sueca investiga la agresión mortal sufrida el pasado lunes por una trabajadora social de 22 años de una vivienda tutelada para refugiados del país escandinavo, quien falleció tras ser atacada con un arma blanca por un residente de 15 años. Los hechos ocurrieron en la ciudad de Mölndal (oeste de Suecia) y, según medios locales, los demás residentes intervinieron para tratar de contener al agresor.

El joven, contra el que se han abierto diligencias por sospecha de homicidio o asesinato, fue detenido tras la agresión y ha sido puesto a disposición de la fiscalía del distrito. La trabajadora de la vivienda tutelada, donde residen unos diez menores de edad de entre 14 y 17 años, fue trasladada tras la agresión a un hospital, donde murió poco después a consecuencia de las heridas sufridas.

La policía sueca no ha facilitado por el momento ninguna información acerca de la identidad o nacionalidad del agresor. El primer ministro sueco, Stefan Löfven, expresó su conmoción por lo ocurrido, que calificó de “crimen horrendo”, al tiempo que prometió aumentar los recursos policiales. El apuñalamiento ha aumentado la preocupación de las autoridades del país, que se están viendo desbordadas por el número de refugiados que están llegando a Suecia. “La policía tiene más carga de trabajo por la situación de los refugiados, por lo que necesitan más recursos”, apuntó al respecto el primer ministro sueco. Antes del suceso, la policía sueca ya había pedido la incorporación de 2.500 agentes para poder controlar las fronteras, la seguridad de los centros de refugiados y para poder hacer frente a la amenaza terrorista.

El año pasado, el país escandinavo modificó su política aperturista a la inmigración con la introducción de controles en las fronteras y revisiones de documentos de identidad para frenar el flujo de solicitantes de asilo.

Según una encuesta publicada por el diario Svenska Dabladet y elaborada por Sifo, el apoyo al gobernante Partido Socialdemócrata de Lofven se ha desplomado al mínimo de los últimos cincuenta años, en parte debido a la sensación de que el Gobierno es incapaz de hacer frente a la crisis de los refugiados. – Efe