La crisis de los refugiados que desborda a Alemania se está viendo acompañada de leyendas urbanas infundadas que corren como un reguero de pólvora causando profundo malestar entre políticos y autoridades. Es el caso de una niña de 13 años residente en el barrio berlinés de Marzahn y origen ruso, cuya desaparición durante 30 horas ha dado lugar a una historia de supuesto secuestro y violaciones en masa cometidas presuntamente por refugiados y que la policía y la fiscalía se han visto obligada a desmentir tajantemente.

PUBLICIDAD

Por ese motivo han causado estupor e indignación las declaraciones ayer del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en las que acusó a las fuerzas de seguridad y la Justicia alemanas de tratar de echar tierra sobre el asunto y «repintar la realidad de manera políticamente correcta por cuestiones de política interior».