La Fiscalía decidirá si actúa de oficio porque las monjas indias no denuncian

Investiga si coaccionaron a las mujeres para retenerlas en el convento de Santiago

La Voz de Galicia, XURXO MELCHORsantiago / la voz, 27-01-2016

Las tres monjas indias que decidieron abandonar el convento de las mercedarias de Santiago cuando la Policía Nacional las interrogó para saber si estaban recluidas en contra de su voluntad no han querido denunciar ni a la congregación ni a la madre superiora, María Luisa Melero. Su decisión deja por tanto en manos de la Fiscalía compostelana el futuro judicial del caso. Será el ministerio público el que tenga que optar entre archivar el asunto o pedir que presten declaración en calidad de investigados figura que ha sustituido a la de imputado uno o varios miembros de la Iglesia, presumiblemente, al menos, la hermana que dirige la institución.

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Los presuntos delitos que está investigando el juzgado de Instrucción número 1 de Santiago son los de detención ilegal, coacciones y amenazas. Por el momento no se ha superado la fase de diligencias previas. No hay detenciones ni nadie ha sido llamado a declarar, como ayer confirmó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

La denuncia, que se interpuso el día 7 de este mes, parte de una cuarta mujer de la India que también estuvo enclaustrada en el convento y que ahora vive en Madrid. Fue en la capital estatal, en la Brigada de Extranjería y Fronteras, donde relató los supuestos problemas que le habían puesto para abandonar la congregación y que había otras compatriotas que aún estaban pasando por la misma situación.

El pasado sábado, agentes de este cuerpo de la Policía Nacional acompañaron a una comisión judicial al convento de las mercedarias para identificar a las mujeres indias de las que hablaba la denuncia y poder interrogarlas para determinar si estaban allí recluidas en contra de su voluntad.

En el convento entregaron a la madre superiora un auto en el que figuraban los nombres de cinco monjas de nacionalidad india. Todas estaban citadas para prestar declaración en dependencias policiales. Tras su interrogatorio, tres de ellas pidieron a los agentes no regresar a la comunidad religiosa, pero las otras dos optaron por volver.

La Xunta se hizo cargo inicialmente de las tres mujeres, que ahora están en un piso de acogida fuera de Galicia, probablemente en Madrid, aunque la Fiscalía no ha querido facilitar el dato para proteger a las religiosas. Destaca el ministerio público que son personas en riesgo de exclusión social y que su prioridad es ahora garantizar su bienestar y seguridad.

El caso recayó en el juzgado de instrucción número 1 porque era el que estaba de guardia. Ahora deberá fijarse en qué magistrado recae definitivamente el asunto y solo entonces la Fiscalía compostelana tomará una decisión respecto a si actúa o no de oficio. La fiscala en cuyas manos está el caso es Arancha San José González.

El Arzobispado niega que estuviesen retenidas y dice que tramitaba su salida
El Arzobispado de Santiago ha negado que las tres monjas indias estuviesen recluidas en contra de su voluntad y pone como ejemplo que las otras dos que fueron interrogadas por la policía decidieron después libremente regresar al convento de las mercedarias. También estima que prueba el carácter voluntario de su pertenencia a la congregación el hecho de que pudiesen viajar cada siete años para ver a sus familias.

Admite la máxima institución eclesiástica de Galicia que dos de las monjas procedentes de la India se habían planteado abandonar el convento y que lo solicitaron formalmente después de la pasada Navidad. Concretamente, fue el 14 de enero cuando la madre superiora dio curso a la solicitud, que se estaba tramitando. «En ningún caso las dos religiosas que solicitaron la exclaustración y dispensa de votos pidieron abandonar la comunidad antes de realizados dichos trámites, al menos nunca lo hicieron constar a la autoridad diocesana», señala el Arzobispado, que añade que las diligencias «no se dilatarían más allá de un mes desde la remisión de la documentación a la congregación correspondiente de la Santa Sede, que quedó concluida el pasado 21 de enero».

Para el Arzobispado resulta «sorprendente» la denuncia de la exmonja india porque consideran que los trámites para que sus compatriotas pudieran abandonar el convento «seguían un ritmo realmente rápido». La institución admite su «preocupación» y la de la comunidad mercedaria de Santiago por el «desamparo» de las tres monjas que dejaron el convento y se ofrece a ayudarlas para que puedan retomar su nueva vida.

El juzgado amplía las pesquisas a otras dos religiosas que fueron deportadas en el año 2011
El relato de las tres monjas que han decidido abandonar el convento y también el de la cuarta que presentó la denuncia coincide en que todas señalan que, pese a que manifestaron su voluntad de colgar los hábitos, se lo impedían y que las amenazaban diciéndoles que si salían de la congregación serían deportadas porque carecían de permisos de residencia.

De hecho, el Tribunal Superior de Xustiza confirmó ayer que el juzgado compostelano está también investigando el caso de otras dos monjas indias del mismo convento que fueron deportadas en el 2011, así como si las que el sábado decidieron abandonar la congregación tenían acceso a sus documentos y a sus permisos de residencia o si se los tenían retenidos para evitar que salieran libremente. De este aspecto dependerá en buena medida si se puede observar la posible comisión de delitos tan graves como son la detención ilegal, las coacciones o las amenazas

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