Una falsa violación atribuida a unos refugiados enfrenta a Berlín y Moscú
La Fiscalía de la capital alemana desmiente que una niña de origen ruso haya sido víctima de un grupo de inmigrantes, como denuncia el canciller Lavrov
El Correo, , 27-01-2016La crisis de los refugiados que desborda a Alemania se está viendo acompañada de rumores y leyendas urbanas infundadas que corren como un reguero de pólvora por las redes sociales causando profundo malestar entre los políticos y las autoridades del país. Es el caso de una niña de 13 años residente en el barrio berlinés de Marzahn y origen ruso, cuya desaparición durante 30 horas ha dado lugar a una historia de supuesto secuestro y violaciones en masa cometidas presuntamente por refugiados y que la Policía y la Fiscalía de la capital alemana se han visto obligada a desmentir tajantemente.
Por ese motivo han causado estupor e indignación las declaraciones ayer del ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, en las que acusó a las fuerzas de seguridad y la Justicia de este país de tratar de echar tierra sobre el asunto y «repintar la realidad de manera políticamente correcta por cuestiones de política interior». En su rueda de prensa de comienzos de año, Lavrov expresó su esperanza de que «hechos así no vuelvan a repetirse» y afirmó que «la muchacha no desapareció durante 30 horas voluntariamente».
La Policía sueca investiga el asesinato de una joven de 22 años que trabajaba en un centro de refugiados para menores no acompañados. El suceso se produjo el lunes en la ciudad de Mölndal cuando, al parecer, un joven de 15 años atacó con un arma blanca a una trabajadora de la vivienda tutelada. Los demás residentes intervinieron para contener al agresor, contra el que ya se han abierto diligencias por homicidio o asesinato y ha sido puesto a disposición de la Fiscalía del distrito, pero no pudieron evitar la muerte de la joven.
Por el momento, no se ha facilitado información sobre la identidad o nacionalidad del agresor. Sin embargo, este apuñalamiento ha aumentado la preocupación de las autoridades del país, que se ven desbordadas por el número de refugiados que llegan a Suecia. Tanto es así que el primer ministro sueco, Stefan Lofven, prometió ayer aumentar los recursos a la Policía. Un anuncio que responde a la petición de las propias fuerzas de seguridad de incorporar 2.500 agentes más para controlar las fronteras, la seguridad de los centros de refugiados y hacer frente a la amenaza terrorista. «Las autoridades policiales han hecho frente a una carga de trabajo muy dura por la situación de los refugiados. Y necesitan más recursos», aseguró el primer ministro.
El jefe de la diplomacia rusa se suma así a la campaña orquestada por varias emisoras de televisión de su país que han convertido el caso en un gran escándalo, haciendo caso omiso de los desmentidos de la Policía y la Justicia berlinesas con el argumento de que pretenden encubrir lo ocurrido para no amenazar la política de asilo de la canciller federal, Angela Merkel. La Fiscalía de la capital alemana explicó ayer que hay abierto un sumario «por presuntos abusos sexuales a una niña por parte de dos sospechosos», aunque hay indicios de que el contacto sexual fue consentido y voluntario. Un portavoz de la acusación pública dejó además claro que «ninguno de los sospechosos es refugiado».
La presunta víctima desapareció durante 30 horas entre el 11 y el 13 de enero pasados y cuando volvió a su hogar aseguró que había sido secuestrada y violada. A partir de ese momento corrieron en las redes sociales los rumores de que los autores habían sido refugiados.
Sin embargo, la investigación realizada por la Policía y los fiscales ha revelado que el contacto sexual no tuvo lugar durante la desaparición de la menor, si bien reconocen que «no sabemos qué sucedió durante ese tiempo», y que «no tenemos indicio alguno de una violación o secuestro». No opina lo mismo el abogado de la familia, Alexei Danckwart, que habla de abusos sexuales y lesiones y «habrá que ver si se suma una violación». Afirma además que la víctima corrigió su primera declaración «tras un intenso interrogatorio de tres horas de la Policía», a la que finalmente confesó que se había ido voluntariamente con los dos sospechosos, y subrayó que la familia nunca dijo que se trataba de refugiados.
Manifestaciones
Entretanto, un abogado alemán ha presentado una demanda por incitación al odio racial contra Ivan Blagoy, corresponsal de la televisión pública rusa y autor del primer reportaje emitido en su país en el que lanzó las acusaciones contra los refugiados. Sus informaciones y las emitidas por colegas rusos de otros canales han provocado incluso manifestaciones en Alemania. Convocadas por el Convento internacional de los rusos alemanes, unas 700 personas participaron el pasado fin de semana en una protesta ante la Cancillería federal contra la presunta violencia de los refugiados. Concentraciones similares, a las que se sumaron también xenófobos de los Patriotas europeos contra la islamización de occidente (Pegida) e incluso neonazis, tuvieron lugar en otras localidades alemanas como Dingolfing, Deggendorf o Landau, que cuentan con una gran población de alemanes originarios de Rusia.
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