Rusia no aceptará a los refugiados sirios expulsados desde Noruega

El Periodico, , 26-01-2016

La denominada ‘vía del Ártico’, la remota ruta empleada durante el 2015 por miles de refugiados para entrar en el espacio Schengen por Noruega desde Rusia, ha suscitado un contencioso bilateral entre los Gobiernos de Moscú y Oslo. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha anunciado este martes que su país no tiene ninguna intención de readmitir a los cerca de 5.400 refugiados e inmigrantes que entraron en territorio noruego desde la vecina Federación Rusa durante el 2015 y que el país escandinavo quiere deportar. Muchos de ellos detentan permisos de trabajo y visados de estancia expedidos legalmente por Rusia.

La justificación a la que recurrió Lavrov para argumentar el rechazo ruso es que muchos de ellos no declararon sus verdaderas intenciones cuando demandaron su documentación rusa. “Estamos hablando acerca de gente que llegó a Rusia con el propósito, ya sea de trabajar (en nuestro país), ya sea de visitar a familiares”, ha declarado el jefe de la diplomacia rusa durante la rueda de prensa anual en la que hace balance de la gestión del Ministerio de Exteriores. “Esto quiere decir que deliberadamente declararon datos falsos sobre el propósito de visita en la Federación Rusa; esta es la razón por la que no queremos admitir de vuelta a esta gente en Rusia”, ha puntualizado.

Durante el fin de semana, el Gobierno ruso confirmó que había cerrado al tránsito el paso fronterizo de Borisoglebsk – Storskog, alegando “razones de seguridad”. “Las medidas adoptadas por Rusia están basadas en los tratados bilaterales firmados con Noruega”, declaró la portavoz de Exteriores, Maria Zakhárova, a la radio alemana Deutsche Welle.

La ‘vía del Ártico’ comenzó a registrar un trasiego significativo de personas a partir de febrero del pasado año. Los refugiados, en su mayoría sirios, lo empezaron a utilizar como ruta alternativa al denominado ‘corredor de los Balcanes’ a través de Turquía, las islas griegas y los países balcánicos. Los refugiados aseguran que es una ruta mucho más segura, ya que no implicaba hacer peligrosas travesías marítimas en manos deredes de traficantes de personas. La única salvedad era que debían realizar el último tramo del recorrido en pequeñas bicicletas para niños ya que Rusia prohibe cruzar la frontera a pie mientras que Noruega considera traficantes a los conductores de vehículos en su interior.

     

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