El Vaticano sí acoge a rumanos
La Santa Sede ofrece refugio durante un año a una sintecho que dio a luz en plena plaza de San Pedro y a su bebé, la pequeña Irene
La Voz de Galicia, , 25-01-2016Eran cerca de las dos de la madrugada del 20 de enero, en una de las noches más frías de los últimos tiempos en Roma, con temperaturas bajo cero, cuando una patrulla de policía que en esos momentos controlaba la zona en torno a la plaza de San Pedro, se encontró con una mujer indigente que estaba dando a luz en plena calle.
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Una de los agentes del Ispecttorado del Vaticano se convirtió por unos momentos en improvisada comadrona. «Cuando llegué junto a ella, vi la cabeza del bebé y poco después me di cuenta de que ya había nacido», explicaba al día siguiente la policía Maria Capone.
Una noche gélida
Todo ocurrió muy rápido para la madre, María Claudia, rumana de 35 años, sintecho y que desde hacía un tiempo frecuentaba la zona junto con su compañero, que fue quien dio la alarma a la policía.
«Para resguardarse del frío la mujer tenía solo algunas viejas mantas y cartones, y por ello nuestra mayor preocupación era la salud de la pequeña», contó la policía Capone, que ayudó a la madre en el parto en la acera de la plaza Pio XII, adyacente a la de San Pedro.
Mientras esperaban a la ambulancia, en torno a la parturienta y para protegerla del frío, se colocaron otros agentes de la comisaría Borgo. Uno de ellos se quitó la sudadera para poder cubrir a la recién nacida en sus primeros minutos de vida, ya que la temperatura era noche «casi polar». «Fue una cosa improvisada. Estaba casi cianótica, pero cuando la envolví para calentarla recuperó la temperatura», contó el policía.
Madre e hija fueron trasladadas luego al cercano hospital de Santo Spirito, donde los médicos comprobaron que ambas estaban bien. El bebé, que pesó 2,9 kilos y al que han puesto el nombre de Irene, recibió al día siguiente la visita de la patrulla de la policía.
Oferta del limosnero
También el limosnero del papa Francisco, monseñor Konrad Krajewski, visitó a la mujer, que ya conocía por ser habitual de la plaza y a la que en varias ocasiones ya le había ofrecido refugio, pero que tanto ella como su compañero habían rechazado. El limosnero reiteró su oferta de ayuda y ahora madre e hija podrán pasar un año en la casa de acogida de la congregación de la Madre Teresa de Calcuta.
El padre de la recién nacida contó que antes de llegar a Roma habían estado en Francia y en España, de donde partieron a pie hace cuatro meses. «Además tenemos otro hijo, que nació en España, pero que ahora vive en Rumanía», añadió. Sobre la oferta del papa para acogerlos durante un año, el hombre dijo que si es cierta, se quedarán en la ciudad: «Y si no se concreta, nos iremos a Inglaterra. Allí tengo un amigo con el que tal vez pueda trabajar».
Fuentes vaticanas han asegurado que la pequeña Irene no tendrá la ciudadanía de la Santa Sede, ya que el lugar que eligió para venir al mundo se encuentra fuera de los límites jurisdiccionales del Vaticano.
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