La policía turca dispara contra civiles con bandera blanca que recogían cadáveres y heridos
Dos muertos y nueve heridos en otro episodio de una ‘operación antiterrorista’ que Amnistía Internacional califica de “castigo colectivo”
La Vanguardia, , 22-01-2016Un vídeo difundido por la televisión prokurda IMC revela la violencia de las operaciones de las fuerzas de seguridad contra el PKK en el sureste de Turquía: un grupo de civiles que recogen cadáveres en la calle, y que se creen protegidos por una bandera blanca, son tiroteados indiscriminadamente por la policía. Dos de ellos resultan muertos.
La operación antiterrorista contra la organización armada kurda permanece prácticamente oculta a la luz pública. La prensa no puede acceder a las zonas bajo toque de queda, implantado en varios distritos de al menos cuatro ciudades ahora mismo. El cámara Refik Tekin, del canal IMC, que grabó las imágenes, sufrió un balazo en una pierna (siguió grabando) y ahora pende sobre él una orden de detención. El periodista Faruk Balikçi decía ayer jueves a IMC que varios policías le esperan ante la unidad de ortopedia del hospital, según el diario Today’s Zaman.
Una pequeña comitiva se dirigía el pasado miércoles en Cizre, provincia de Sirnak, a recoger cadáveres y heridos que llevaban tiempo tirados en la calle. Lo hacía con bandera blanca. En el momento que ya habían recogido varios cuerpos se abre fuego sobre ellos desde el otro extremo de la calle Nusaybin, en el barrio de Cudi.
Un miembro del ayuntamiento de Cizre, Abdulhamit Pocal, y una ciudadana de nombre Selman Erdogan resultaron muertos. Otras nueve personas sufrieron heridas, entre ellas el cámara Tekin, que tuvo que ser operado de la pierna izquierda. A Pocal se le acusa ahora de ser terrorista, al igual que al resto de los heridos.
El líder del partido prokurdo HDP, Selahattin Demirtas, denunció que varios de sus miembros habían sido deliberadamente atacados. El HDP ganó por mayoría las elecciones del 1 de noviembre en el distrito. Al parecer, los miembros de la comitiva habían informado al gobernador local de su intención de salir a recoger los cuerpos de las víctimas. Estaban aprovechando un breve momento de cese de los enfrentamientos que se producían en el barrio de Cudi y el de Sur entre el PKK y la policía y el ejército turcos.
Ayer jueves, cuando aún no se habían hecho públicas las imágenes, Amnistía Internacional (AI) denunciaba en un informe la campaña de las fuerzas de seguridad turcas en el sureste del país contra el PKK calificándola de “castigo colectivo” hacia la población kurda. Según AI, la situación de toque de queda constante, durante todo el día, pone en peligro a 200.000 personas en la región. Hay cortes del suministro eléctrico y de agua, la población tiene grandes dificultades para proveerse de alimentos y atención médica, y si sale a la calle se arriesga a recibir un disparo.
El director de AI para Europa y Asia Central, John Dalhuisen, subraya en el informe que “mientras las autoridades turcas parecen decididas a silenciar las críticas internas, han afrontado muy pocas por parte de la comunidad internacional. Consideraciones estratégicas relacionadas con el conflicto de Siria y los esfuerzos por asegurar la ayuda de Turquía para contener el flujo de refugiados a Europa no deben ocultar las acusaciones de claras violaciones de los derechos humanos. La comunidad internacional no debe mirar a otro lado”.
AI señala que en algunas zonas del sureste de Turquía hay gente que no ha podido salir de casa en un mes. Es lo que ocurre precisamente en Cizre, que lleva 39 días en “estado de emergencia”, desde el 14 de diciembre, y contabiliza al menos 62 muertos en este tiempo. Y lo que ha ocurrido en Silopi, donde las operaciones antiterroristas han durado 35 días. El martes se levantó parcialmente el toque de queda entre las cinco y las seis de la tarde. Un testimonio recogido por AI cuenta el caso de una persona que resultó muerta en su propia casa durante un tiroteo. La familia tuvo que esperar 12 días con el cadáver en casa hasta que pudo ser recogido.
Amnistía obtuvo informes según los cuales las fuerzas de seguridad impiden a las ambulancias entrar en las zonas bajo toque de queda para atender a los enfermos y heridos. El incidente de Cizre ilustra esta situación, pero la versión de las autoridades turcas es bien distinta. Afirman, según el diario progubernamental Daily Sabah, que la guerrilla del PKK utiliza ambulancias, coches funerarios para desplazarse y transportar armas. Siete terroristas habrían sido detenidos cuando intentaban huir de Cizre en vehículos municipales, mientras que otros nueve fueron muertos durante la operación. Además, se incautaron armas y munición en dichos vehículos.
Las fuerzas de seguridad turcas utilizan armamento pesado, como carros de combate –según se ha constatado en imágenes – , y, al igual que el PKK, francotiradores. Pero en algunos casos “niños pequeños, mujeres y ancianos” han muerto por disparos de francotiradores en zonas alejadas de los enfrentamientos armados.
Más de 150 habitantes de zonas bajo toque de queda han muerto, según AI, así como más de 200 miembros de las fuerzas de seguridad y 400 terroristas. El incidente más grave se produjo el 13 de enero en Diyarbakir, cuando un coche bomba colocado cerca de una comisaría mató a cinco civiles, incluidos dos niños pequeños. Hubo además 39 heridos. Según el alto mando militar turco, citado por el diario Hürriyet, 610 terroristas del PKK han sido muertos en el sureste desde el mes pasado.
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