Grecia acusa a Turquía de colaborar con los traficantes de personas
Austria estudia endurecer los controles fronterizos internos
La Voz de Galicia, , 19-01-2016Desbordados por la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, en lugar de tomar las riendas, los mandatarios europeos lanzan balones fuera. El último en endurecer el tono ha sido el presidente de Grecia, Prokopis Pavlopoulos, quien acusó directamente a Turquía de colaborar con las redes de tráfico de personas. «Tengo la fuerte sospecha de que los traficantes de personas turcos reciben apoyo de las autoridades. Sobre todo, las autoridades portuarias hacen como si no pasara nada», declaró Pavlopoulos en una entrevista publicada este lunes por Süddeutsche Zeitung.
Este dardo envenenado le sirvió de antesala para reunirse el lunes en Berlín con su homólogo alemán, Joachim Gauck, y la canciller Angela Merkel, a la que definió como «una gran política» y elogió por su «valiente» postura en la crisis. Si Grecia es una de las principales puertas a Europa por mar, Alemania lo es por tierra. Así que Pavlopoulos y Gauck aprovecharon la ocasión para, una vez más, reclamar a sus vecinos que ayuden a controlar el incesante flujo de refugiados.
«Sin soluciones europeas no podremos lidiar con la situación actual. Por eso debemos garantizar y aceptar solidaridad», apuntó el jefe del Estado germano, tras recordar que Grecia vive además una complicada situación económica. Eso sí, cuando Gauck habla de una solidaridad «mejorable» por parte de los socios europeos, lo que está pidiendo en realidad es que le ayuden a cerrar las fronteras exteriores del continente. En este sentido, Pavlopoulos apeló a la necesaria «contribución» de Turquía, a quien llamó a cumplir con sus compromisos.
Entretanto, muchos han perdido la fe en las soluciones europeas. Como el ministro de Exteriores de Austria, Sebastian Kurz, quien criticó a su vez a Grecia por no poner suficiente de su parte. Muchos países están «muy contentos» con que «los refugiados sean transportados rápidamente a Europa Central», denunció Kurz desde Bruselas. Por eso el titular austríaco sugirió la posibilidad de poner en marcha «una acción coordinada por unos pocos países», junto a Eslovenia y Alemania, para garantizar al menos el cierre de las fronteras internas.
Otras voces, especialmente en Alemania, Austria y Suecia, reclaman al menos fijar un límite máximo de llegadas. El presidente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Koen Lenaerts, aseguró que una iniciativa de este tipo violaría el derecho comunitario. «Siempre que alguien sea autorizado a recibir asilo, tiene derecho a ser reconocido como refugiado, lo que no es compatible con una cifra máxima», apuntó en declaraciones al diario Neuen Osnabrücker Zeitung.
Los socios presionan a Merkel
Mientras, en casa, Merkel se prepara para recibir el martes una carta firmada por 50 diputados de su propio partido, la CDU, y de su socio conservador de la CSU en la que le exigen que ponga fin a su política de puertas abiertas, que ha traído al país 1,1 millones de refugiados en 2015. La paciencia de sus socios se agota, pero también la de la población, que desde las agresiones a mujeres la pasada Nochevieja, cometidas presuntamente por hombres del norte de África y orientales en su mayoría, reclama más que nunca un viraje en política migratoria.
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