Bomberos de Marbella relevan al equipo retornado de Lesbos a Sevilla
«Me preocupan más las vidas que se puedan perder que lo que me pueda pasar a mí», dice uno de ellos. Todos aseguran que la detención de su tres compatriotas no les infunde ningún miedo
Diario Sur, , 19-01-2016La detención de los tres bomberos sevillanos acusados de un presunto delito de tráfico ilegal de personas cuando desempeñaban tareas de rescate en la isla griega de Lesbos –cuya llegada estaba prevista hoy a España–, no ha hecho mella en la voluntad de los efectivos que partirán desde Marbella. El destacamento, que participará en labores de asistencia a los refugiados que intentan alcanzar la costa helena, relevará al cuarto equipo de la asociación de voluntarios Proem – Aid, del 1 al 15 de febrero.
Los bomberos del Parque de Marbella que integrarán la expedición recibían ayer la visita de miembros de la ONG que coordina el programa humanitario para ultimar los detalles de la partida. José Pastor, de Proem – Aid, asegura que se ha encontrado con cinco hombres motivados. «Haciendo las cosas bien no tiene por qué haber problemas», indica este efectivo, que formó parte del primer equipo de bomberos sevillanos que estuvo desplazado en Lesbos. Ahora, volverá a la isla como enlace del grupo de Marbella.
«Particularmente no tengo inquietud porque sé que estamos trabajando para solucionar ese error que se ha cometido con nosotros. Queremos que haya unos protocolos de conexión todavía mejores con los guardacostas griegos. Al final, ellos son los que tienen las competencias del rescate y sabemos la situación en la que están, y nosotros somos sólo unos cooperantes que podemos ayudarles en un momento determinado», subraya Pastor, quien sostiene que este desagradable episodio no ha mermado la motivación ni el interés por seguir colaborando en la zona.
Basta intercambiar unos minutos de charla con los bomberos para que las palabras de Pastor tomen dimensión. «Me preocupan más las vidas que se puedan perder en el agua que lo que me pueda pasar a mí», dice el marbellí Manuel Lavigne, que como el resto de compañeros sacrificará días de vacaciones y se costeará de su bolsillo billetes de avión, comida y estancia. A un efectivo de Marbella ir a ayudar a Lesbos le cuesta 500 euros de su paga.
Los bomberos cuentan que la ruta marítima que toman desde Turquía los refugiados, principalmente sirios, no entraña gran dificultad, pero que el problema radica en las condiciones del viaje. Navegan en embarcaciones de poca calidad, hacinados (entre 40 y 75 personas por bote), sin ningún sistema de navegación y con motores de poca potencia o directamente sin ellos, lo que provoca que en muchos casos giren en círculos durante horas. Emprenden la travesía sin luces y con temperaturas muy bajas. En el peor de los casos, los refugiados intentan alcanzar la costa griega, incluso, con los neumáticos de la balsa pinchados.
«Las mafias turcas cobran 1.000 euros a cada persona que se embarca. Esto es un enorme negocio y una crisis humanitaria de una envergadura muy importante, que se le ha ido a Grecia de las manos», dice Lavigne, que ya participó como buzo en las labores de inspección del avión que se estrelló con nueve malagueños a bordo en Madeira en el año 2003. Al igual que él, el resto de integrantes de la misión tiene experiencia en labores humanitarias. No obstante, Proem – Aid no ha perdido ocasión para instruirles sobre qué se van a encontrar cuando pisen territorio griego. «Queremos que desde el primer momento se dediquen a lo importante, que es salvar al máximo número de personas de morir ahogadas. Este es el objetivo por el que nació el programa Proem – Aid y por lo que estamos yendo con estos equipos hacia allí», afirma Pastor, quien confiesa que ni los medios con los que cuenta la ONG ni los propios recursos de los guardacostas helenos son suficientes.
El buen tiempo atrae hasta Lesbos del orden de 1.000 a 3.000 refugiados, según las estimaciones de la organización, que ha recibido como caída del cielo la ayuda material que se ha dispensado desde la localidad costasoleña. La empresa Marina Marbella ha donado una embarcación semirrígida, bautizada con el nombre de la ciudad, y que se sumará a la que ya poseen en Grecia, que a día de hoy está averiada. El grupo municipal del PP ha hecho entrega a los bomberos de un visor para avistar a las embarcaciones, mientras que las hermandades y cofradías de Marbella han equipado los trajes de neopreno de los bomberos con unas balizas de localización GPS para su propia seguridad.
Explican que una vez sobre el terreno el equipo se dividirá en dos. Uno trabajará en tierra facilitando el desembarco de los refugiados y otro, en alta mar, localizando botes a la deriva. Los roles se cambian cada seis horas y los turnos de descanso quedan en función de la llegada de personas. En estos días, Pastor apura los consejos para sus compañeros: «Trabajamos en condiciones duras, pero cuando ves los botes con niños, mujeres, discapacitados…, lo único que piensas es en salvarlos. El rendimiento mejora a todos los niveles. Sacas una versión mejorada de ti mismo», concluye.
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