Matar a un niño por jugar
Diario de Noticias, , 18-01-2016En Cleveland dos policías han liquidado a un niño de doce años que llevaba una pistola de juguete. Las autoridades han explicado el suceso en un intento de justificar las ya acostumbradas intervenciones policiales descontroladas con efectos irreversibles.
Los dos celosos agentes han sido declarados inocentes por el juez. En la sentencia se detallan las circunstancias de la hazaña demostrando la benevolencia de los jueces con los policías a los que aplican todos los eximentes para no ser inculpados a pesar de la grave acusación y evidencia de las pruebas en su contra.
La historia macabra de agentes que abusan de la fuerza, muchas veces con pruebas irrefutables de videos y testigos que demuestran la actuación desproporcionada y abusiva, es un estigma en EEUU, pues las víctimas son abrumadoramente de raza negra, lo que genera la respuesta airada de la comunidad que es reprimida con brutalidad por los agentes que actúan a las órdenes de superiores de raza blanca.
Por eso resulta un sarcasmo cuando se recuerdan escenas de épocas pasadas en las que la discriminación racial salvaje contra negros o personas humildes eran apaleadas y tiroteadas por escuadras de policías que solucionaban los conflictos a tiros y muertos. Escenas que ahora las autoridades consideran superadas porque dicen ser escrupulosos con los derechos humanos.
Matar a un niño que juega con una pistola de juguete porque los policías no sean capaces de controlar sus instintos agresivos muestra hasta el hastío que aquella es una sociedad enferma porque el stablishment considera que la violencia se combate con más violencia.
Por ello se potencia el uso de armas desde la más tierna edad de los niños y la noticia del día de la prensa americana es el relato de la correspondiente masacre a manos del exmarine iluminado o el celoso policía fuera de servicio que se considera designado por los dioses para cumplir con su deber patriótico. Actúan con frialdad y cumpliendo escrupulosamente una secuencia prefijada que les enseñan a su paso por las gloriosas fuerzas armadas a las que se les encomienda “salvar la patria” de los enemigos, que sienten odio porque no comprenden que cumplen el papel sublime de liderar el mundo para el que todo buen americano sabe que ha venido al mundo.
El error lo cometió el niño por llevar simulada, debía haber sido una que mate adecuadamente.
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