Vetar o no vetar a Donald Trump. He ahí el dilema al que se enfrenta este lunes el Parlamento británico, obligado a debatir si el candidato republicano puede entrar en el país por una petición popular que llegó a las 573.149 firmas. Los 650 diputados dispondrán de hasta tres horas para argumentar a favor o en contra de la insólita decisión de incluir a Trump en la lista negra de personas non gratas en el Reino Unido (en compañía de instigadores del odio a los musulmanes como el comentarista Michael Savage, el pastor Terry Jones o la activista Pamela Geller).

Los diputados, empezando por el primer ministro David Cameron, han intentado mantener hasta ahora una distancia prudente hacia el tema, aunque el ex ministro principal de Escocia Alex Salmond –con quien mantiene un personalísimo pulso por cuenta del campo de golf de Turnberry– no ha podido ocultar su desdén por el candidato republicano: «Sus comentarios pidiendo la prohibición de entrar a todos los musulmanes a América son intolerables. Si un predicador dijera algo así, se le prohibiría la entrada en el Reino Unido por comentarios racistas».

La petición contra Trump arrancó precisamente en Escocia, impulsada por la periodista y comentarista satírica Suzanne Kelly. «Puede que el Reino Unido no sea una democracia perfecta, pero las leyes permiten a los ciudadanos pasar a la acción o pedir información», asegura Kelly en un artículo para la revista Time. «Cuando inicié la petición, pensé que como mucho lograríamos unas pocas de miles de firmas, pero la reacción fue abrumadora y pronto llegamos a las 400.000».

Bajo las leyes británicas, cualquier petición popular que supere las 100.000 firmas debe ser debatida en el Parlamento. «El Reino Unido ha prohibido en el pasado la entrada en el país a numerosas personas por difundir el odio», puede leerse en el escrito que se leerá íntegramente al inicio de la sesión.

«Los mismos principios deberían aplicarse para cualquiera que desee entrar en el país. Si el Reino Unido continúa aplicando el criterio de ‘conducta inaceptable’ a aquellos que quieran cruzar sus fronteras, el principio debería ser aplicado justamente tanto a los pobres como a los ricos, a los débiles como a los poderosos».

Hasta Westminster ha llegado también estos días otra petición que, sin embargo, ha reunido tan sólo 42.593 firmas, a favor de Trump y de la libertad de expresión y contraria al veto de entrada en el Reino Unido.

«Ocurra lo que ocurra en el debate, nunca pensé que llegaríamos hasta aquí», reconoce Suzanne Kelly en su página de Facebook. «Ganemos o perdamos, el hecho de que tanta gente de tan diversos estratos sociales se pronuncie contra los discursos de odio es ya una fuente de gran felicidad para mí. Estos mensajes no van a resolver los problemas del terrorismo y del fanatismo violento que todo el mundo condena».

La revuelta anti-Trump llevaba tiempo cociéndose en Escocia y se ha consumado recientemente con la retirada del Doctorado Honoris Causa que le concedió la Universidad Robert Gordon. La actitud del magnate antes, durante y después de la compra del legendario campo de golf de Turnberry levantó ampollas en Aberdeenshire y alrededores.

Primero fueron sus subterfugios para levantar la protección ambiental en sus alrededores, y después su férrea oposición a una granja eólica marina que le iba a «estropear las vistas» (la última batalla la perdió en diciembre en el Tribunal Supremo).

El mano a mano entre el candidato republicano y el ex líder del Partido Nacional Escocés (SNP) se ha ido calentando en los últimos días, sobre todo tras las declaraciones de Trump amenazando con retirar todas sus inversiones en el campo de golf de Turnberry si el Parlamento veta su entrada en el Reino Unido.

Trump ha arremetido también personalmente contra Salmond y le ha llamado «estúpido» por consentir la puesta en libertad del terrorista libio Abdelbaset Ali Mohmed al Megrahi, condenado en su día como autor de la bomba que causó 270 muertos en la explosión del vuelo de Pan Am sobre Lockerbie en 1988. «Alex Salmond es una vergüenza para Escocia», dijo Trump.

Salmond replicó invitándole a un debate radiofónico y trasatlántico el próximo miércoles: «Puede llamar si quiere a la radio. Si tiene el coraje de hacerlo, responderé a su llamada. ¡Veremos si los debates aquí son tan fáciles como los debates allá!».

EL ‘BRexit’ gana por seis puntos
La «salida» de la UE gana por seis puntos a la «permanencia» en la última encuesta del ‘Mail on Sunday’, en la que los votantes británicos reconocen el efecto negativo que ha tenido en los últimos meses la crisis de los refugiados, las agresiones sexuales de Colonia y los atentados de París. El 53% de los encuestados votaría hoy por hoy a favor de la salida, frente al 47% que se inclinaría por la permanencia, un giro copernicano desde las elecciones generales de mayo, cuando la proporción era exactamente la inversa. La ventaja se incrementaría incluso a ocho puntos si Boris Johnson, alcalde de Londres y posible sucesor de David Cameron, decidiera alinearse finalmente con los euroescépticos. Johnson podría cambiar la dinámica hacia un lado u otro, pero de momento ha decidido esperar al resultado de la renegociación del estatus del Reino Unido con Bruselas que culminará previsiblemente en la segunda quincena de febrero y que permitirá convocar el referéndum en verano o en otoño de este año. David Cameron, que dará libertad de voto a sus ministros, ha logrado una primera victoria moral dentro de su Gabinete al conquistar el favor del ministro de Justicia, Michael Gove, que ha manifestado su intención de alinearse con la «permanencia» en una UE reformada. / C. F.