«Más allá del impacto de la crisis, hay un cambio social»

Diario Vasco, A. A., 17-01-2016

Más allá del impacto coyuntural de la crisis, la decisión de no tener hijos o de retrasar el momento de ser padres obedece a «un cambio cultural profundo» que tiene que ver con la revolución de la familia, reflexiona Benjamín Tejerina, catedrático de Sociología de la UPV/EHU. «Hay un cambio de valores entre la gente más joven, que tiene otras prioridades antes que la de tener hijos. Está cambiando la relación con la maternidad y la paternidad. Ahora es un proceso menos naturalizado y más reflexivo. Si a esto le añades el factor de la crisis, tienes el caldo de cultivo perfecto para que se convierta en un factor psicológico importante a la hora de tomar decisiones que afectan al resto de tu vida». El salvavidas de las mujeres inmigrantes, que han sostenido la natalidad en los últimos años, tampoco está garantizado. «Hay una influencia del contexto, sobre todo en la segunda generación de inmigrantes, que tienden a igualar sus tasas de natalidad con las del lugar en el que viven».

¿Por qué nos debe preocupar el hecho de que baje la natalidad? Tejerina lamenta que el problema no sea tenido en cuenta desde un punto de vista social. «Sigue siendo una cuestión individual. Si todo el mundo se concienciara de que tener hijos es positivo para todos tendríamos que cambiar muchas cosas, no solo leyes y servicios, también la mentalidad de empresarios, que hoy está enfocada justo para la contrario a facilitar la natalidad». Apela incluso a una lectura «egoísta» de la realidad. «La sociedad debería reflexionar seriamente. Hoy en día nadie está preocupado ante la posibilidad de que cuando se jubile no haya gente trabajando para pagar su pensión, por ejemplo. Desde un punto de vista egoísta, habría que pensar en unos términos más personales y decidir abrir más las puertas a gente joven, incluidos inmigrantes y refugiados».

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