Juncker advierte de los peligros para el mercado interior si fracasa Schengen

El presidente de la Comisión Europea se centra en el crecimiento, la crisis de los refugiados

La Vanguardia, Agencias, 15-01-2016

Jean – Claude Juncker pidió este viernes reflexionar sobre el precio que tendría el fracaso de Schengen ya no sólo desde el punto de vista político, sino también para la eurozona y el mercado interior europeo, con un impacto que cifró en unos 3.000 millones de euros. “Sin Schengen, sin libertad de movimiento y de viaje de los europeos, no tiene sentido el euro”, recalcó Juncker en una rueda de prensa sobre los retos y las prioridades de la Unión Europea (UE), en la que pidió “no perder de vista” los vínculos entre la libre circulación, el mercado interior y la unión económica y monetaria.


“No es Schengen el que supone un precio alto en el mantenimiento y la realización del mercado interior europeo. En última instancia quien acabe con Schengen acabará y enterrará el mercado interior europeo”, reiteró el político luxemburgués.


Advirtió de que se generaría un problema de desempleo en Europa de tal envergadura “que no se podría ya dominar más”. “Menos Schengen, menos mercado interior significa más desempleo y menos crecimiento. No perdamos estas relaciones y este contexto de vista”, enfatizó Juncker.


El presidente de la CE dio algunos ejemplos del impacto económico que tendría el fracaso de este área de libre circulación. Mencionó en concreto que los controles introducidos en el puente del estrecho del Sund, que une Copenhague con la ciudad sueca de Malmoe, por el que viajan a diario decenas de miles de personas, así como los restablecidos por Dinamarca con Alemania.


En el primer caso, el coste asciende ya a “300 millones de euros”, indicó, y en el segundo a 90 millones para Alemania. Juncker señaló que hay 1,7 millones trabajadores fronterizos y si se tiene cuenta que hay 57 millones desplazamientos por carretera al año y una espera de una hora en los pasos transfronterizos, el coste ascendería a 55.000 euros por camión, dijo. “Si sumamos todos, los controles fronterizos como están funcionando actualmente (los que están en vigor), tendrían un coste de 3.000 millones de euros”, afirmó.


Sin tener en cuenta la logística y la cadena de suministro, subrayó Juncker, quien añadió que hay además 24 millones viajes de negocios por año en el mercado interior. “Si todo esto se derrumba, el coste económico y el impacto en el crecimiento y las perspectivas de crecimiento serían enormes”, advirtió el presidente de la CE. “Si volvemos a toparnos con las fronteras internas, será el fracaso del mercado interior. Es importante tener una visión de conjunto de mercado interior, la unión económica y monetaria y Schengen”, insistió.


La alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior y Seguridad, Federica Mogherini, rechazó la idea de estipular un espacio Schengen “pequeño” o limitado y animó a hacer que funcione el sistema de circulación actual. “No creo que haya opciones realistas para un ‘pequeño Schengen’. Debemos hacer que Schengen funcione tal y como es y garantice a los ciudadanos europeos (…) seguridad y libre circulación”, dijo al término de una conferencia en Roma sobre la cooperación con América Latina.


Esto es, a juicio de la jefa de la diplomacia comunitaria, “un interés de todos los europeos”.



Juncker pide avanzar en la creación de la guardia fronteriza europea

En materia de política migratoria, Juncker defendió las medidas de Bruselas en los últimos meses, y achacó a los Estados miembros la falta de progresos. “No es que la Comisión no haya cumplido, sino que algunos Estados miembros no han cumplido”, subrayó Juncker, que criticó que hay “algunos a los que les cuesta trasponer lo que de hecho han decidido en el Consejo de ministros”. “No puede ser que la propuesta de la CE y que el Parlamento Europeo ha apoyado para la reubicación de los refugiados en Europa no se trasponga en la práctica”, recalcó.

Consideró que la UE no puede “dar lecciones al mundo con respecto a los derechos humanos, viendo como nosotros estamos actuando. Menos arrogancia y más resultados, esa tendría que ser nuestra actitud”, insistió.

Juncker también señaló que los centros de recepción y registro (en Grecia sobre todo pero también en Italia) tienen que estar plenamente operativos y registrar progresos de cara a la próxima cumbre europea de febrero.

Pidió a los países miembros avanzar en la guardia fronteriza y europea, porque de otra manera “se reintroducirán las fronteras internas” y evaluar vías para la inmigración legal. “No es que la CE no haya cumplido, sino que algunos Estados miembros no han cumplido”, recalcó.

La Comisión, dijo, “ha hecho lo imposible, pero hay algunos Estados miembros a los que les cuesta trasponer lo que de hecho han decidido en el Consejo de ministros”. “Estamos ante una crisis de credibilidad tremenda por no conseguir cumplir lo que en principio y también a nivel jurídico y político hemos decidido”, lamentó.

Las prioridades comunitarias en 2016

Juncker centró las prioridades comunitarias para 2016 en el crecimiento y el empleo, y en encontrar una solución que permita evitar una eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), el denominado Brexit.

Juncker empezó diciendo que la prioridad de la CE “sigue siendo el crecimiento y el empleo”, y valoró que se hayan producido mejoras, aunque reconoció que los resultados aún no son los deseables. Sobre el plan de inversiones lanzado para movilizar 315.000 millones, el presidente de la CE respondió a quienes no creían en el, que la iniciativa, una apuesta personal de él, logró movilizar en sólo en tres meses 50.000 millones.

Dijo asimismo que a través del plan se han lanzado 42 proyectos de infraestructura en 22 Estados miembros, lo que ayudará a crear 120.000 empleos en Europa y que 80.000 pymes ya se benefician del Plan Juncker. No obstante, reconoció que hacen falta aún “bastantes esfuerzos”, ya que el nivel de inversión en la UE en 2015 fue un 14% menor al 2007, año anterior a la crisis.

Acuerdo con Reino Unido, en febrero

Juncker aseguró que cree que la Unión Europea (UE) logrará el próximo febrero una solución a las reclamaciones británicas para permanecer en los Veintiocho.

Juncker pasó revista hoy en una rueda de prensa a los principales problemas que afronta la UE, y mencionó entre ellos “la cuestión del Reino Unido”, un asunto que, reconoció, plantea “muchos asuntos difíciles”. “Yo creo que tendremos un acuerdo. No un compromiso débil, sino una solución en el mes de febrero”, dijo el presidente de la CE, que admitió no obstante que “habrá que trabajar duro”.

“Las cuestiones que pone sobre la mesa (el primer ministro británico, David Cameron) son todas difíciles”, dijo Juncker, que mencionó en primer lugar “la cuestión del sistema social”, pero también la revisión de la protección que otorga el mercado único a los países que no utilizan el euro, o el papel que Londres quiere dar a los parlamentos nacionales.

Indicó que su convencimiento de que se pueda resolver ese asunto en la cumbre europea de febrero se basa en su “conocimiento” del asunto.

Precisó que las negociaciones han llegado a un “momento delicado” y que corresponde ahora a los Estados miembros avanzar en ese ámbito, ya que el trabajo de la CE se limita al de un “facilitador”, que emite sugerencias e ideas que después se transmiten a los directamente responsables de negociar.

Los cuatro pilares de la propuesta británica incluyen asuntos como el mercado único, la inmigración de los ciudadanos comunitarios, la competitividad y la integración europea. Entre esas reclamaciones figura la petición de que los ciudadanos de otros países de la UE que lleguen al Reino Unido deban vivir allí y pagar impuestos durante cuatro años antes de poder optar a beneficios en el trabajo o a una vivienda social.

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