El farolito
Lo que faltaba
Diario de Noticias, , 13-01-2016las denuncias por agresiones sexuales en Colonia durante la pasada Nochevieja siguen aumentando. Son ya varios centenares. El ministro de Justicia alemán Heiko Maas dice estar convencido de que fue una acción coordinada. Al parecer, ocurrieron hechos similares protagonizados por “hombres mayoritariamente de origen árabe o norteafricano (sic)”, en Hamburgo, Stuttgart o Fráncfort. Se habla también de otras ciudades de Europa. ¿Qué demonios es eso? La noticia se está inflando. Y en estos momentos resulta muy inquietante. Pero, ¿es un montaje o no? La primera vez que oí hablar del tema, hace más de una semana, me quedé literalmente estupefacto. Luego pensamos que podía tratarse de una intoxicación deliberada de carácter xenófobo: el auge de los discursos ultranacionalistas es innegable. Los partidos de extrema derecha están creciendo en Francia, en Alemania, en Suecia. Pero también en Grecia, en Suiza, en Holanda, en Austria, hasta en la modélica y bien educada Finlandia. Ahora no sé qué pensar. ¿Quién elabora lo que lees? Cada vez es más difícil creerse nada. Internet se está convirtiendo en una mezcla confusa, todo bulle junto: el análisis inteligente con la sospecha delirante, el dato fiable con el rumor malintencionado, los mensajes de tendencia pacifista con la emisión de consignas fanáticas, la búsqueda de la claridad y la precisión con la pura y simple mala baba, la infamia y el insulto. Sin olvidar, por supuesto, la inevitable cobertura de ingenuidad, miedo, fantasía y rencor que habitualmente envuelve todo lo que decimos y pensamos. “Las certezas han sido abolidas”, dice Bauman en una reciente entrevista. Esa debe ser la cuestión. Que lo que está en crisis, por debajo de todo, es la verdad. El concepto mismo de verdad. No obstante, sea verdad o no todo lo que está pasando a este respecto en Alemania, es gasolina para las antorchas racistas. Vamos, lo que faltaba.
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