La integración de la gran cantidad de personas refugiadas que durante los últimos meses ha llegado a Europa y que, a tenor de las previsiones, seguirá llegando en el futuro es uno de los más complejos retos que la región debe afrontar. Pero al mismo tiempo, si este proceso se lleva a cabo con éxito, la crisis de los refugiados se puede convertir en un elemento que impulse con fuerza la economía comunitaria.

Así lo expone la entidad alemana Deutsche Bank, que el Producto Interior Bruto (PIB) alemán puede llegar a crecer hasta un 1,5% en los próximos cinco años gracias a esta situación y, por extensión, al conjunto de la Eurozona. Teniendo en cuenta que el PIB alemán rondó los 3,5 billones de euros al cierre de 2014, el impulso de las personas refugiadas que lleguen al país se podría traducir en hasta 52.500 millones de euros.

Para conseguirlo, un informe elaborado por el banco recoge en varias ocasiones que es imprescindible «la correcta integración de los refugiados y solicitantes de asilo en el mercado laboral y en la sociedad alemana» pero, de conseguirlo, Deutsche apunta que el impacto será inmediato y muy relevante. En primer lugar, porque muchas de las personas que han tenido que abandonar países como Siria tienen estudios universitarios, por lo que son «trabajadores de alta cualificación».

Y en segundo, porque rejuvenecerá «una población con problemas de envejecimiento», ya que «un 30% de estas personas tiene menos de 18 años». Este último punto, además, permitirá hacer frente a la «creciente escasez de mano de obra que está amenazando al crecimiento económico» y, al mismo tiempo, posibilitará «que se mantenga el actual sistema de pensiones». Asimismo, Deutsche Bank considera que si el proceso se lleva a cabo de manera positiva Alemania se puede convertir en un «imán» para los refugiados e, incluso, superar a Estados Unidos como el país que más personas extranjeras recibe de entre los que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Todo esto también tiene una parte negativa en lo que al déficit respecta ya que la llegada de tantas personas exige un aumento del gasto. Pero aún así, tal y como exponía ayer Rosa Duce, economista jefe del centro de inversiones de Deutsche Bank, «en términos de PIB la inmigración será positiva ya este mismo año para Alemania y, sin duda, también lo es para el conjunto de la economía de la Eurozona».

En cifras totales, Deutsche estima que Alemania podría llegar a registrar un flujo migratorio de 5,25 millones de personas en la próxima década. De ellas, 2,85 serían refugiadas y otros 2,4 inmigrantes en busca de una oportunidad laboral, registrándose un aumento de puestos de empleo de 1,7 millones y una cifra de desempleo en este sector de la población del 10%.