Alemania, en el punto de mira por su corrección política con los refugiados

Dinamarca les confiscará dinero y objetos de valor para costear su estancia

La Voz de Galicia, PATRICIA BAELOBerlín / E. La Voz, 13-01-2016

«Refugiado» fue la palabra del 2015 en Alemania, y «hombre de bien», un término que utiliza la ultraderecha para criticar con ironía a aquellos que ayudan a los demandantes de asilo, la antipalabra. Pero, tras las agresiones a mujeres cometidas presuntamente por hombres de apariencia árabe y norteafricana en Nochevieja, cada vez son más los países que critican la supuesta «corrección política» alemana hacia los inmigrantes. Después de EE.UU., le toca el turno a los países comunitarios del Este, que exigen que Alemania ponga fin a su «imperialismo moral» y deje de practicar lo que consideran «censura oficial» en torno a lo ocurrido la última noche del año en Colonia y otras ciudades alemanas.

«Cada protesta y acusación contra las violaciones masivas es vista como una muestra de racismo», critica el eurodiputado rumano Traian Ungureanu al diario Adevarul. Hasta ayer las denuncias por robo y agresión a mujeres en Colonia alcanzaban las 650, 45 % de ellas por delitos sexuales. No cabe duda de que la policía cometió errores garrafales, como no informar de las agresiones hasta cuatro días después. Sin embargo, lo que más recelo ha desatado dentro y fuera del país es que las autoridades encubrieran la nacionalidad de los sospechosos, al parecer en su mayoría refugiados, durante casi una semana. Algo similar ha ocurrido en Suecia, donde hasta el lunes no se hizo público que la policía de Estocolmo detectó abusos sexuales por parte de jóvenes extranjeros durante un festival en agosto.

Aunque por el momento nada apunta a que hubiera instrucciones políticas, algunas voces especulan con que las autoridades alemanas actuaron así para evitar criminalizar a los refugiados y tender la mano a Angela Merkel y su política de puertas abiertas. En tal caso, el tiro les ha salido por la culata. Lo único que han conseguido es que a nadie le importe que, entre los 32 sospechosos identificados, haya un serbio, un estadounidense e incluso dos alemanes. Al contrario, el ciudadano de a pie solo recuerda al resto de implicados: argelinos, marroquíes, iraníes, sirios… Un dato que ha dado alas a la ultraderecha, que exige más que nunca el cierre de fronteras.

Los anillos, excluidos
Colonia no ha hecho sino aumentar la presión sobre la canciller alemana, obligándola a cambiar el rumbo en la crisis migratoria, al agilizar la expulsión de extranjeros que han cometido delitos. La policía confirmó que en el último mes, el número de refugiados devueltos a Austria ha aumentado de 60 diarios a unos 200. En la misma línea, los países escandinavos introdujeron controles fronterizos. Incluso el Parlamento de Dinamarca tiene previsto analizar hoy un proyecto de ley para confiscar objetos de valor a los refugiados, y cubrir con ello sus gastos de alojamiento y manutención.

El Gobierno danés anunció que había logrado un acuerdo con el principal partido de la oposición para dar luz verde al texto, considerado por muchos un impuesto a la miseria. Anillos de compromiso, reliquias familiares y otros recuerdos con valor sentimental serán excluidos de la norma, que establece que los refugiados pueden conservar bienes por hasta 10.000 coronas (unos 1.340 euros). Todas las demás propiedades podrán serle confiscadas por la policía.

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