«Eran cientos. Nos trataron como piezas de caza»
Rabia en Alemania ante una ola de agresiones sexuales en una estación del centro de Colonia
El Mundo, , 06-01-2016La canciller alemana, Angela Merkel, pidió ayer una «respuesta dura» del Estado de Derecho a los «repugnantes ataques y agresiones sexuales a mujeres» perpetrados por un millar de personas procedentes, según las autoridades, «de la región árabe y el norte de África» en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Colonia la pasada Nochevieja.
Según el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, la canciller telefoneó a la alcaldesa de esa ciudad renana, Henriette Reker, para exigir respuestas y expresar al mismo tiempo su «indignación y fuerte repulsa» por los acontecimientos, que incluyeron una violación.
Merkel, que también habló con el ministro del Interior, Thomas de Maizière, sobre las investigaciones en curso, destacó la necesidad de hacer todo lo posible para llegar hasta los culpables y exhortó a las autoridades de Colonia a diseñar un plan de seguridad que evite situaciones similares en el futuro, especialmente ahora que se acerca el Carnaval, una fiesta masiva en la que fluye la cerveza a granel.
Alemania aún digiere con sorpresa, indignación y rabia las agresiones masivas cometidas durante el cambio de año por un millar de hombres, organizados en grupos de 15 o 10 y muchos de ellos en estado de embriaguez. Los agresores rodeaban a las víctimas, bailaban a su alrededor, las sometían a todo tipo de tocamientos y les robaban todo lo que llevaban encima, fundamentalmente dinero y teléfonos móviles.
Hechos parecidos, aunque de menor magnitud, ocurrieron en las ciudades de Stuttgart y Hamburgo, según la policía, que intenta desgranar esta forma de criminalidad aparentemente organizada y sin precedentes en Alemania.
«Fue horrible. Me tocaron todo el cuerpo, me metieron las manos por debajo de la falda y hasta me besaron sin que pudiera hacer nada», relató ante las cámaras de televisión una de las víctimas, con los ojos tapados y sin revelar su identidad porque «todo esto además de asco me hace sentir vergüenza». Otra de las víctimas declaró a la emisora WDR que iba caminado con su novio cuando de repente les rodearon. «Eran muchos y muy agresivos. Me pusieron las manos en el pecho y en el trasero, me manosearon. Fue horrible».
«Yo fui a la cervecería que está al otro lado de la estación, pero cuando me di cuenta sólo había hombres. Eran cientos. A mi amiga y a mi nos trataron como piezas de caza. Ha sido lo más desagradable que he vivido nunca», relató otra mujer.
Al menos 90 mujeres han presentado denuncia en comisaría, pero la policía sospecha que las víctimas son muchas más, dado que esos asaltos masivos se produjeron en los alrededores de la concurrida estación ferroviaria y en una noche como la de Fin de Año.
«Nunca vimos algo parecido. Estamos ante una dimensión de delito nueva. Lo ocurrido resulta insoportable» declaró el jefe de la policía de esa ciudad renana, Wolfgang Albers.
Albers está bajo gran presión, pues esa noche la policía, alarmada por el revuelo que se había producido en las afueras de la estación envió a unos 200 agentes que fueron incapaces de poner fin a lo que estaba sucediendo. Más aún, los agresores arremetieron contra los agentes lanzándoles todo tipo de objetos, incluido petardos y cohetes, partes del arsenal pirotécnico con el que los alemanes celebran la entrada del nuevo año. La policía pidió colaboración para identificar a los agresores.
«Esto no debe quedar impune. Hay que identificar a los autores de las agresiones y aplicar la ley», declaró el ministro de Justicia, Heiko Maas, y añadió que por el momento sólo se sabe «que eran hombres con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años procedentes de países árabes o del norte de África». De Maizière, que calificó lo ocurrido de «intolerable» ha pedido sin embargo a la población no caer en asociaciones peligrosas e injustas asociando esos agresores a los refugiados que han llegado al país huyendo de la guerra y en busca de asilo.
La policía mantuvo ayer una reunión de urgencia para determinar cómo proceder en la investigación y adoptar las medidas necesarias. La respuesta inmediata ha sido la colocación de cámaras de vídeo en todos los alrededores de la estación en previsión de nuevos altercados durante el Carnaval.
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