Bélgica implantará cursos de respeto a las mujeres en los centros de acogida de inmigrantes
El Periodico, , 07-01-2016Los ecos de las agresiones sexuales y robos cometidos contra mujeres durante la pasada Nochevieja en Alemania han llegado a la vecina Bélgica, cuyo Gobierno ha revelado este jueves sus planes para implantar cursos de respeto y comportamiento hacia las mujeres en el medio centenar de centros de acogida de inmigrantes repartidos a lo largo del país. El Ejecutivo justifica la medida, que ya ha empezado a funcionar en Noruega, en el elevado número de jóvenes de Oriente Próximo y el norte de Africa que llegan al país, con valores completamente diferentes a los de Bélgica, advierte el secretario de estado de Asilo e Inmigración, Theo Francken.
Aunque se desconoce todavía la identidad de los asaltantes de Colonia y de otras ciudades alemanas, la indicación de que se trata de jóvenes de apariencia árabe y organizados ha bastado para encender de nuevo la polémica en torno al debate migratorio más allá de las fronteras alemanas. En Bélgica, el Gobierno ha aprovechado esta coyuntura para recordar que la igualdad entre hombres y mujeres es un derecho inalienable y que todo aquel que llegue al país deberá ser consciente de sus valores y reglas.
Aunque algunos centros ya imparten cursos, la idea ahora es generalizarlos durante las próximas semanas y meses con el objetivo de transmitir la idea de que hombres y mujeres son iguales, que es normal que las mujeres trabajen, puedan votar y sean tratadas con respeto. Es un debate de hace 50 o 60 años que no tendremos de nuevo, zanjaba este jueves el secretario de estado que apuesta por copiar el modelo noruego y no ceder ni un milímetro en este terreno. Según el Ministerio de Interior, los cursos, dirigidos principalmente a hombres aunque también a mujeres, son necesarios debido al flujo sin precedentes de jóvenes de entre 16 y 35 años, con normas y valores distintos.
POLÉMICA SERVIDA
El plan ha generado ya críticas. Para algunos se queda corto, para otros esconde discriminación. Si queremos una comunidad fuerte tiene que haber reglas y tienen que ser para todos. La igualdad entre hombres y mujeres es quizá uno de los mayores logros de la democracia occidental. Los grupos de hombres que degraden tienen que ser identificados, perseguidos y castigados tan severamente como sea necesario, opina el presidente del partido Sp.a, John Crombez, que considera insuficiente la medida.
En el otro extremo, se encuentra la ministra de Derechos de la Mujer e Igualdad de oportunidades de Valonia – Bruselas. Presentar esta medida, hoy, en Bélgica es confundir indicaciones formuladas en una investigación y refugiados en Alemania. El momento es inadecuado y esconde un racismo disfrazado, denuncia Isabelle Simonis. No podemos, en el nombre de los derechos de las mujeres, crear una nueva discriminación, añade.
Lo cierto es que este debate no es nuevo en Bélgica. Hace poco más de tres años Sophie Peeters, una estudiante de cine belga, dejó asombrado a todo el país con un trabajo de fin de carrera en el que documentó los insultos, improperios, gestos obscenos, comentarios machistas e invitaciones que recibió en las calles de su barrio, a escaso medio kilómetro de la Grand Place, y que grabó con una cámara oculta. El objetivo era determinar la motivación. Si era por la vestimenta, si eran casos aislados, si el sexismo era una cuestión de origen y tratarlo sin convertir el documento en una película racista. Su conclusión: 9 de cada 10 veces los insultos procedían de extranjeros.
(Puede haber caducado)