El británico Rob Lawrie se enfrenta a una pena de cinco años de cárcel por tratar de rescatar a una  pequeña de un campo de refugiados y llevarla con su familia a Inglaterra. La vida de este exsoldado cambió por completo el día que vio la fotografía del niño sirio Aylan varado sin vida en la playa. Cogió su furgoneta y se fue a ofrecer ayuda al campo de refugiados de Calais, situado al norte de Francia, dónde se hacinan casi 5.000 personas. Allí conoció a Bahar, una niña afgana de cuatro años, y a su padre, Reza, con los que entabló una estrecha amistad. “Ella es una niña muy especial, nunca dejó de sonreír, pensé que tenía que hacer algo para ayudar”, recuerda. Lawrie asegura que fue movido por la compasión cuando una noche de invierno decidió montar a la pequeña en su furgoneta e intentar pasar la frontera. Según su versión, dos refugiados eritreos se ocultaron en el interior aprovechando el tiempo que el estuvo aparcado. Cuando llegó a suelo británico, la policía lo paró y descubrió a los dos hombres escondidos. Él fue arrestado y la niña fue devuelta a su padre. El próximo 14 de enero, un tribunal francés juzgará al exsoldado por tráfico ilegal de personas. La plataforma Change.org ya ha puesto en marcha una inciativa para pedir a la justicia francesa la absolución de Row Lawrie.