Los Reyes traen la bronca

El PP arremete contra el «capricho sectario» de la cabalgata del Ayuntamiento, con unos trajes de los Reyes que parecían «cortinas de ducha» El Consistorio replica que la tradición «se ha mantenido»

El Mundo, D. MARTÍN R. BÉCARES MADRID, 07-01-2016

Aparte de oro, incienso y mirra, y millones de regalos para los más pequeños, los Reyes Magos que visitaron el martes por la noche Madrid y desfilaron por La Castellana trajeron la primera bronca municipal del año, con el equipo de Gobierno, de Ahora Madrid, señalando que «la tradición se ha mantenido», y el PP acusando a la «señora comunista» Manuela Carmena de «destruir la ilusión de miles de niños por sus caprichos sectarios».

Las Navidades en la capital ya comenzaron con polémica después de que el Ayuntamiento de Madrid redujera el tamaño del Belén del Palacio de Cibeles, decidiera que mujeres representaran papeles de Reyes Magos en tres distritos, vetara la carroza de un colegio por segregar a sus alumnos por sexo, y anunciara que prescindía de las ocas y los camellos que desde hace lustros formaban parte del desfile, una decisión, esta última, que se granjeó por cierto la alabanza de los animalistas.

En cualquier caso, un caldo de cultivo que ayer encendió el pebetero de la polémica al culminarse la cabalgata menos religiosa y más multicultural que se recuerda, con música de discoteca y ningún villancico, carrozas futuristas, danzas étnicas, y ninguna alusión al Niño Jesús.

«Seguimos la estrella que nos marca el nacimiento de un niño», se limitó a decir el Rey Melchor al terminar el desfile, frente al Ayuntamiento de Madrid, y antes de que el Rey Baltasar, que dejaba entrever sus rastas bajo el turbante, tocara con una kora (guitarra africana) una canción de Guinea bajo la atenta mirada del juvenil Rey Gaspar, con un relativo parecido al baloncestista Sergio Rodríguez.

Los futuristas trajes de Sus Majestades, con estampados vegetales y coronas tan minimalistas que en las Redes se compararon con las del Burguer King, fueron lo que terminó por exasperar a los más conservadores, que preferían disfrutar de los Reyes con sus abrigadoras túnicas napolitanas de toda la vida. Pedro Corral, concejal del PP que coordinó la última cabalgata bajo el mandato de Ana Botella, dijo que los trajes eran como «cortinas de ducha». El consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid fue de los más duros: «Me encantaría que algún iluminado explicara a mi hija de cinco años por qué los Reyes son reinas, los animales no existen y la ropa no es la adecuada. Qué forma de cargarse la ilusión de los niños». El alcalde de Alcorcón, David Pérez (PP), tildó el desfile de «capricho sectario».

Pero sin duda la crítica más comentada en Twitter, tanto a favor como en contra, fue un mensaje de la ex diputada del PP y directora de área internacional de Faes Cayetana Álvarez de Toledo: «Mi hija de seis años: ‘Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad’. No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás».

El comentario de Álvarez de Toledo generó mofas de todo tipo en Twitter. Viendo la que estaba cayendo, el propio perfil de Carmena, que no gestiona la alcaldesa sino su equipo de comunicación, quiso a medianoche amainar un poco el temporal: «Tomamos tan en serio las tradiciones que las actualizamos y diversificamos para que sigan importando…». En el mismo perfil de Twitter se tiró de sorna ayer: «Los Reyes me han traído la oportunidad de seguir trabajando por un Madrid más justo y diverso. Lo contrario no me lo perdonarían jamás».

A mediodía, una portavoz municipal aseguró que el atuendo de los Reyes era «tan válido como cualquier otro», afirmó que la tradición «se ha mantenido», que los Reyes «son los mismos» y que el resto «está sujeto a la subjetividad de cada uno» y «no debería ser polémico».

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