NEZAR E. (SIRIA) «Mataron a mi bebé y ahora trato de volver a ver a mi esposa»

Las Provincias, , 03-01-2016

Nezar E. todavía es solicitante de asilo desde 2014, pero todavía no tiene el derecho reconocido. Su formación como ingeniero químico le permitió convertirse en director de una empresa, pero su condición de cristiano y su matrimonio con una musulmana iba a servir de pretexto para que los radicales les condenaran a muerte. «Tuvimos que casarnos en Líbano, pero en Siria no nos hemos podido registrar como matrimonio. Sólo lo saben los amigos más cercanos, ni siquiera su familia», señala. El estallido de la guerra fue el desencadenante para que los islamistas se apoderaran de la fábrica en la que trabajaba y empezaran a acosarles. La mayor tragedia para esta familia residente en Damasco iba a tener lugar en abril de 2012. «Falleció mi madre y, a los 40 días, celebramos una misa en su memoria. Cuando estábamos llegando a casa nos dispararon en el coche y mataron a mi hijo. Tenía poco más de un año», relata con entereza. A partir de ese momento, comenzó su lucha para abandonar el país. Se marchó al Líbano para preparar la huida mientras su esposa permanecía escondida. Trató de buscar amparo en la ONU pero finalmente se dio cuenta de que «la única forma de salir era contactando con mafias». Pero le engañaron. «Queríamos llegar a Suecia, pero sólo me dieron una visa para mi, y para España». Como todavía no tiene reconocido el derecho de asilo no lo puede hacer extensivo a su mujer, que finalmente abandonó Siria en barco y, tras pasar por Grecia, permanece en Alemania.

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