La elaboración de un ‘plan piloto’, según el cual un grupo no determinado de cubanos refugiados en Costa Rica saldrá por vía aérea hasta El Salvador para, desde ahí, viajar por tierra hasta Guatemala y México para poder llegar a Estados Unidos, es el resultado de una reunión de alto nivel celebrada este lunes en la capital guatemalteca con el propósito de aliviar un drama surgido después de que Nicaragua se negara a permitir el paso por su territorio a los isleños que buscan llegar a territorio estadounidense.

“Se acordó realizar un primer ejercicio piloto de traslado humanitario en la primera semana de enero. Para lo cual se ha conformado un grupo de trabajo que tendrá la responsabilidad de realizar las coordinaciones necesarias para este primer traslado”, se lee en un comunicado del Ministerio de Exteriores de Guatemala distribuido al final de la reunión, celebrada a puerta cerrada sin acceso para los medios de comunicación.

Un comunicado del Ministerio costarricense de Exteriores confirma que los cubanos superarán el veto de Nicaragua a su presencia en ese país viajando hasta a El Salvador por la vía aérea, desde donde continuarán su peregrinaje por tierra hacia Guatemala y México, la última frontera antes de llegar a Estados Unidos. Los detalles, sin embargo, se mantienen en reserva para salvaguardar la seguridad de los isleños.

En la reunión del lunes en Guatemala participaron representantes de Belice, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y México, así como de la Organización Internacional para las migraciones (OIM).

La crisis se originó el 15 de noviembre, cuando el gobierno de Nicaragua negó el paso por ese país a cerca de 8.000 cubanos a quienes Costa Rica había concedido visa de paso y, con ello, les impidiera continuar con una travesía que tiene como destino a Estados Unidos. El origen de este éxodo está en la Ley de Ajuste Cubano, que concede residencia a los isleños que lleguen a territorio de EE.UU. La normalización de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana hace que muchos sientan temor porque esa norma sea modificada y su aspiración a reunirse con sus familiares, residentes mayoritariamente en el estado de La Florida, pueda complicarse en el futuro.