Feria de Santo Tomás 2015

“A Merkel le diría que se ponga en la piel de los refugiados”

Deia, Una entrevista de José Basurto Fotografía de Juan Lazkano, 22-12-2015

Bilbao – Corría el año 1989 cuando un pequeño grupo de personas comenzó, “en plan romántico”, a ayudar a los refugiados que llegaban a Euskadi. Una de esas personas era Javier Galparsoro, que sigue al pie del cañón luchando “por un mundo de paz y libertad”. El presidente de CEAR – Euskadi vive estos días un sentimiento “contradictorio” porque ve que “hay muchos refugiados que no van a volver a casa por Navidad”.

¿Qué significa para usted este reconocimiento de la Fundación BBK?

- Es un espaldarazo al trabajo que realizamos, pero también conlleva una dosis añadida de responsabilidad. Ahora bien, lo que nosotros queremos es que la ciudadanía, los políticos, la sociedad en general se implique y se dé cuenta de que estamos ante uno de los fenómenos más serios de los últimos años. No podemos mirar a otro lado ante un drama humano de proporciones tan gigantes.

¿Cuál es la situación en Europa en estos momentos respecto a los refugiados?

- Es bochornosa. Hay que decirlo así. Europa se comprometió el pasado 9 de septiembre a acoger a 160.000 personas del millón que llegaron por mar. Pues bien, hasta el momento solo han llegado 204 personas a los 28 países de Europa. Se supone que este plan de acogida es un programa a desarrollar en dos años, pero no salen los cálculos. A este ritmo tardaríamos 133 años en llevar a cabo este programa.

¿Cuántos han llegado a Euskadi?

- Al Estado han llegado doce y a Bilbao, tres. Se trata de tres eritreos. Tres personas adultas y varones.

¿Qué tal están?

- Fenomenal. Muy bien. Están entusiasmados. Han venido de una guerra tremenda, huyendo de una persecución y han llegado a este entorno, a esta ciudad… que están emocionados. Son unos privilegiados. Algún día les tendremos que decir que han sido los elegidos para la gloria, pero tendrían que ser muchos más los que lleguen.

¿CEAR – Euskadi está preparada para acoger más refugiados?

- Sí. Yo suelo decir que nosotros somos como los anfitriones de una casa que nos han dicho que tengamos todo preparado, las camas, las cunas, la nevera llena, pero que no llegan nuestros invitados a pesar de todos los días nos asomamos a la ventana.

¿Qué es lo que está pasando para que no se cumpla el compromiso de Europa?

- No tenemos respuesta. Nos lo pregunta la ciudadanía, pero no podemos dar una respuesta. Lo único que está claro es que Europa no puede claudicar, no puede abandonar el compromiso con esas personas y con los ciudadanos europeos. Porque ha sido el pueblo, a partir del suceso del niño turco muerto en la playa, lo que ha marcado un punto y aparte. Con esa imagen, la ciudadanía empezó a decir no puede ser, tenemos que hacer algo, los políticos tienen que hacer algo.

¿Qué le diría entonces a Angela Merkel?

- A Merkel le diría que se ponga en la piel de los refugiados, que estas personas no llegan a Europa de vacaciones en un crucero, que se están jugando la vida, primero porque están siendo perseguidos y segundo, porque no tienen otra forma de salir. Como no hay un pasaporte, ni un visado para las personas refugiadas, tienen que abandonar sus países en embarcaciones jugándose la vida. Estamos ante un fenómeno de una magnitud extraordinaria que tenemos que abordar de una forma integral pero con urgencia. Ahora llega el invierno y esa gente está pasando unas penalidades y unas privaciones tremendas

¿Cómo vive usted la Navidad?

- Pues con un sentimiento contradictorio. Yo, como todo el mundo, me meto en este ambiente festivo, muy bonito y acogedor, pero hay mucha gente que, como dice el anuncio, no va a volver a casa por Navidad porque no tiene casa, y eso es muy triste.

Europa podría ser la casa de acogida de esas personas.

- Sí, pero Europa tampoco está abierta, ni tiene el árbol ni el belén para esas personas. Yo le pido a la gente que seamos conscientes de que todo este exceso de fiesta, de alegría y de derroche repercute sobre muchas personas que no pueden comer ni vivir. Esto es una olla a presión que va acabar estallando.

¿Tan mal lo pinta?

- Sí, porque hay muchos seres humanos que están sufriendo lo que no está escrito.

¿Usted qué le pide al Olentzero?

- Yo le pido al Olentzero, a Santa Claus y a todos los reyes de todas las monarquías que las palabras que pronunciamos de solidaridad, de acogida y de paz sean, como mínimo, un primer paso hacia una realidad.

¿Qué le ha parecido la idea de BBK de montar una txosna cuya recaudación va ir íntegramente a CEAR – Euskadi?

- Es magnífico. Cuando he visto el nombre de CEAR en la txosna me he emocionado. Esto demuestra que el pueblo vasco es solidario. Tiene mucha experiencia histórica porque ha vivido el exilio y sabe lo que es salir de un país por razones bélicas.

¿Está notando más muestras de apoyo en los últimos meses?

- Sí, lo estamos notando muchísimo. No se puede imaginar el calor humano que estamos recibiendo. Por eso, quiero aprovechar la ocasión para agradecer a la ciudadanía todo lo que nos han ofrecido, desde pisos, juguetes hasta tiempo libre para realizar acompañamientos.

¿En qué van a invertir la recaudación de la txosna?

- En nuestros programas de acogida. La tarea que tenemos es titánica.

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