Miembros de la Guardia Civil desarrollaron la operación Pinaza, que permitió desmantelar una organización de narcotraficantes y detuvo a 17 personas, a la vez que requisó, en diferentes fases, cerca de una tonelada de hachís, embarcaciones, vehículos de lujo y una pistola. La actuación se inició en marzo de este año, cuando el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) con base en Tenerife, llevó a cabo la operación Chalupa y acabó con una red de traficantes de droga que se dedicaba a introducir importantes cantidades de la mencionada droga.

En esas pesquisas, los agentes detectaron otra importante red criminal que mantenía frecuentes contactos con algunos de los implicados en la operación Chalupa. Bajo la misma autoridad judicial se desarrolló la operación Pinaza, que permitió identificar a todos los acusados en la actualidad y su nexo con otra banda marroquí que enviaba el hachís desde el país magrebí y otros grupos que aportaban los barcos para el transporte de la sustancia estupefaciente.

Durante el control y vigilancias a esta nueva red desmantelada, en diferentes momentos se interceptaron 956 kilos de hachís, según los datos ofrecidos ayer por la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife.

Con toda la información analizada y elaborada, en noviembre pasado se llevó a cabo la fase final de explotación de la intervención.

En ese momento fueron apresados once ciudadanos españoles, así como a los dos cabecillas, de origen marroquí que residían en Tenerife. Durante cinco registros domiciliarios, el Equipo contra el Crimen Organizado se incautó de los ya citados 1.000 kilos de hachís, una pistola, 20.000 euros en efectivo y documentación. Los funcionarios del Instituto Armado bloquearon las cuentas bancarias de los responsables de la organización, a la vez que intervinieron varios coches y embarcaciones.

Los investigadores solicitaron diversas órdenes internacionales de detención contra los exportadores del hachís desde Marruecos, según los datos que trascendieron ayer.

Los detenidos contaban con personas, algunas de ellas vinculadas a la actividad pesquera, que se adentraban en alta mar hasta llegar a unas coordenadas previamente establecidas.

Los agentes protagonistas

La operación Pinaza fue dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Santa Cruz de Tenerife y llevada por el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Unidad Central Operativa (UCO); la Compañía Territorial de Playa de las Américas y la Unidad Orgánica de Policía Judicial y la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife (Usecic).