El final de un año "dramático"

Bruselas cierra un duro ejercicio con los refugiados y la amenaza del "Brexit"

El Mundo, PABLO R. SUANZES BRUSELAS CORRESPONSAL, 19-12-2015

Las fuerzas que mueven Europa rara vez se desplazan en la misma dirección. Por un lado están los 28 Estados miembros, con sus intereses, prioridades y temores. Por otro, las instituciones europeas, luchando entre un mandato y unos recursos insuficientes y un impulso demasiado avanzado para esta época.

Cuando coinciden, el movimiento es fluido. La UE resuelve y aporta soluciones, millones de euros o respaldo político. Cuando chocan, las chispas incendian el debate. El del último año deja un incendio tras otro y pocos alineamientos. No es cierto que no haya avances, pero cuando son a trompicones y lentos la sensación es negativa y el malestar y el hastío proliferan, llenando el espectro político de fuerzas euroescépticas.

Ayer en Bruselas terminó la última Cumbre del año, la 12ª reunión de jefes de Estado y de Gobierno, el ejercicio más cargado e intenso desde 2011. «El año 2015 ha sido dramático», dijo, cansado, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Acaba con una crisis como la de Grecia, que ha dejado cicatrices imborrables, y la certeza de que el euro no es irrompible. Un desgaste difícil de explicar que arrasó con la confianza, despertó fuerzas dormidas y alimentó el poder destructivo de actores hasta entonces secundarios.

El año 2015 termina con 3.695 muertos intentando cruzar el Mediterráneo y fotos de niños ahogados en playas. Con cientos de miles de personas llegadas a pie desde Siria, Irak o Afganistán. Con 812.705 peticiones de asilo y un millón esperando que les digan si pueden quedarse o no. Acaba con 232 refugiados reubicados desde Grecia e Italia de los 160.000 aprobados en septiembre.

El año se cierra con la presión del referéndum británico y el difícil encaje de Reino Unido en la UE si va de la mano de peticiones contra la libre circulación y que pretenden instaurar la discriminación en los Tratados. Con la popularidad intacta de Viktor Orban y Robert Fico en Hungría y Eslovaquia a pesar de su deriva, o quizás por ella. Sin resolver el tema de Ucrania y las sanciones a Rusia.

Con la amenaza yihadista dentro de la UE y una respuesta confusa, centrada en listas de pasajeros y un mayor control de las fronteras, pese a que buena parte de los atacantes han nacido, se han criado y educado aquí, son europeos de pleno derecho.

Todos fueron temas de debate en la Cumbre, salvo Grecia. Y los líderes se van de vacaciones dejándolos abiertos. Las Conclusiones, como se conoce al documento consensuado que se negocia durante semanas, son genéricas, repetitivas. En todos los temas apela a «trabajar de forma conjunta», a respuestas «mutuamente satisfactorias». Se encomiendan a las citas de reuniones anteriores. Pero resuelven muy poco.

En la retina queda el largo debate en la noche del jueves tras el discurso de David Cameron. Las rencillas cada vez mayores entre el italiano Matteo Renzi, acorralado por las encuestas de las municipales italianas, y Merkel o Tusk. Queda la incapacidad manifiesta de Alemania de lograr un consenso en el tema de los refugiados, la primera vez que pide abiertamente ayuda y que se encuentra evasivas o abierto rechazo.

En junio se presentó el Informe de los Cinco Presidentes (Juncker, Schulz, Dijsselbloem, Draghi y Tusk) que sentó las bases teóricas de por dónde debe ir la integración europea, las bases de los próximos pasos. Mariano Rajoy citó el documento ayer diciendo que era «un buen punto de partida», y Tusk y Juncker, la Comisión y el Consejo, lo usan como plantilla para lo que queda de legislatura.

Pero la división es profunda. Los países están irritados con una Comisión a la que consideraban demasiado ambiciosa, acaparadora y deseosa de expandir su influencia a costa de las soberanías nacionales. La Comisión reprocha al Consejo, a Tusk, que haya cedido y en vez de hablar de refugiados y de los problemas de los ciudadanos haya girado a la derecha apelando a fronteras seguras, hablando de amenazas y apuntando las políticas y las Cumbres más hacia la seguridad que hacia la libertad.

La próxima cita de los jefes de Gobierno, si no pasa nada grave, será en febrero. La Presidencia de turno le corresponderá a Holanda y el tema principal será la negociación sobre Reino Unido. Esta vez con un texto firme, con propuestas alternativas y peleas por cada verbo y adjetivo. La propuesta de una Guardia Europea de Fronteras y Costas se seguirá mencionando, pero no se espera nada concreto hasta quizás junio.

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