¿Ayudas iguales para todo el mundo y nuevas deducciones fiscales?

Diario Vasco, J. M., 16-12-2015

En Euskadi, la discusión sobre en qué debe consistir cualquier política de familia a largo plazo (a corto plazo ya no hay nada que hacer y Euskadi tendrá que atraer inmigrantes) ha girado durante los dos últimos años en torno a un ramillete de propuestas diseminadas en diferentes estudios y artículos especializados. Una de ellas es que las ayudas económicas que se ofrecen por nacimiento deberían ser las mismas para todo el mundo independientemente de la renta de la familia beneficiaria.

Sin embargo, el Gobierno Vasco ha recorrido el camino inverso, en la línea de lo recomendado por el Ararteko, al hacer depender ese y otros subsidios, como el de la conciliación, de los ingresos de la unidad convivencial y del número y características de sus miembros (la renta estandarizada). Esa ponderación se realiza mediante una fórmula compleja, cuyos detractores dicen que, manteniendo formalmente el carácter universal de las prestaciones, no se ha seguido en Europa durante los últimos años (aunque algunos países ya la están analizando). Y además genera agravios, nadie la entiende y es difícil de gestionar. En la práctica ha reducido la cuantía de las ayudas a un grupo de hogares vascos con rentas superiores a 30.000 euros.

En cualquier caso, el día en que presentó la renta estandarizada, el consejero Ángel Toña llamó la atención sobre la efectividad real de los subsidios a la natalidad. «Ninguno tenemos un hijo por 1.000 euros más o 1.000 euros menos», dijo el titular de Empleo. Él apostó por un sistema de beneficios fiscales que animen a las familias a tener más de uno o dos niños. El propio Ararteko y muchos especialistas han planteado una reforma desde hace años, pero ello exige convencer a las Haciendas forales.

Hay un consenso en que las deducciones actuales por hijo deberían cambiarse. El ‘ombudsman’ ha pedido que se arbitren ‘deducciones reembolsables’, una expresión que se refiere a la posibilidad de que una familia que gana poco pueda beneficiarse de una deducción fiscal tanto como otra que gana más. De ese modo, si un hogar tiene que pagar cien euros de impuestos, pero por sus ingresos reducidos no puede deducirse hasta el máximo de 500 por un determinado concepto, no se quedaría a cero con Hacienda, como ahora. Esta le abonaría además la diferencia a su favor de 400 (impuesto negativo). Se trata de una medida ya aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Los estudiosos de estas y otras ventajas que inciden en la natalidad alertan del riesgo de que si no hay cambios, en la situación actual se esté creando en Euskadi un sistema dual de apoyo a las familias; uno para parejas pobres o al borde la pobreza, que reciben, aparte de la ayuda por nacimiento, una renta de garantía de ingresos (RGI) que se incrementa en función del número de menores a cargo. Y otro para hogares de clase media basado en deducciones, mientras miran de reojo a las ayudas de los colectivos modestos.

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