La derrota no desmerece el avance del Frente Nacional

El auge del ultraderechista partido de Le Pen en las elecciones regionales francesas: 6,7 millones de votos

La Vanguardia, RAFAEL POCH, París. Corresponsal, 15-12-2015

Habiendo liderado la primera vuelta en 6 de las 13 regiones francesas, el Frente Nacional (FN) no se hizo con ninguna de ellas en la segunda. “No es un partido de segundas vueltas porque no tiene posibilidades de establecer alianzas con otras fuerzas políticas”, dice Sylvan Crepon, especialista en ese partido de la Fundación Jean Jaurès. La derrota del lepenismo ha sido clara, pero no desmerece su avance, dice.

“Ha habido una derrota electoral, pero una victoria ideológica, porque en cada elección el FN aumenta sus votos y su punto de partida en la primera vuelta”, dice Cécile Alduy, de la Universidad de Standford.

El FN obtuvo el domingo 6,7 millones de votos, el mejor resultado electoral de sus 40 años de historia. Una encuesta divulgada ayer le señala como finalista en unas presidenciales (que tocan en abril de 2017). Sin embargo, una vez más, el partido pierde siempre en la segunda vuelta, tanto si es una final contra un candidato socialista (Hollande) como conservador (Sarkozy o Juppé).

En una encuesta de este mes, un 67% de los franceses declaran que el FN es incompatible con la República, un 70% lo considera “malo para la democracia” y un 63% ve en el partido un “peligro para la economía”. Esta opinión sugiere que el esfuerzo de desdiabolización acometido por Marine Le Pen, por ejemplo esforzándose en no parecer antisemita como su padre, no funciona. Observar la evolución futura de este “índice de alergia” al FN es clave para predecir si el partido podría llegar algún día a vencer en segundas vueltas.

En el propio partido no hay un verdadero debate sobre esto, pero sí se vislumbran dos líneas. Una tradicional mantiene el discurso del fundador, de Jean-Marie Le Pen, que presenta al FN como un partido “ni de izquierda ni de derecha”, sino nacionalista y dispuesto a explosionar a la derecha y tomar su lugar. Es lo que Marine Le Pen expresó el domingo al decir que el bipartidismo en Francia “ya no es entre izquierda y derecha, sino entre mundialistas y patriotas”. Otra tendencia muestra deseos de tender cables hacia el resto de la derecha.

Sea como sea, dice Alduy, “tanto la crisis de los refugiados como los atentados yihadistas, confirman el discurso que el Frente Nacional mantiene desde hace 40 años”. Dos candidatos vencedores de Los Republicanos en las regiones de Auvernia-Ródano-Alpes y en Provenza-Alpes-Costa Azul, Laurent Wauquiez y Christian Estrosi, e incluso el propio Nicolas Sarkozy, lanzan guiños ideológicos al FN. “Hasta Hollande ha hecho suya la propuesta de Le Pen de retirar la nacionalidad a los binacionales implicados en terrorismo”, dice Alduy.

Si eso forma parte del avance del FN, también lo es el hecho de que el partido haya triplicado su representación institucional en las regiones, lo que permitirá retribuir a sus cuadros y hacerse más visible, dice Crepon.

Para Los Republicanos de Sarkozy, haber ganado siete regiones sobre 13, dos de ellas (Norte-Pas-de-Calais-Picardía y Provenza-Costa Azul) gracias al sacrificio que supuso la retirada de la lista socialista para hacer barrera contra la ultraderecha, no es un gran resultado, especialmente teniendo en cuenta el desgaste del gobierno de Hollande/Valls. Hasta Le Figaro reconoce en su editorial que es un “éxito sin triunfo”. Por criticar la táctica de Sarkozy del llamado “ni, ni”, equiparando al FN con la izquierda, la número dos de Los Republicanos, Nathalie Kosciusko-Morizet, va a saltar de la dirección del partido, informaba ayer Afp. “Echarme por plantear un debate es estalinismo”, ha dicho la interesada.

Adiós a la Ínsula Socialista
Conservando cinco de las trece regiones de Francia, el Partido Socialista se ha mantenido mejor de lo previsto en las regionales del domingo. Pero no sin dolor. Ha perdido su más preciada ínsula, la Île-de-France, la región de París en la que los socialistas gobernaban desde hacía 17 años. Es un territorio clave que representa el 18% de la población del hexágono (12 millones) y que crea el 28% del PIB nacional. La victoria de la candidata conservadora, Valérie Pécresse de Los Republicanos, sobre el socialista Claude Bartolone, ha sido muy ajustada –menos de dos puntos– y ha sido posible por la transferencia del voto del Frente Nacional: el 21% de los que votaron ultraderecha en la primera vuelta, votaron por Pécresse en la segunda, junto con la mitad de los gaullistas del movimiento Debout la France (6,6% en primera vuelta). Bartolone se ha beneficiado mucho menos del voto amigo.

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