La llegada de refugiados se congela

España debía acoger a 2.000 exiliados antes de final de año, pero solo ha realojado a 12. La masacre de París y la campaña electoral han arrinconado el plan

El Correo, Octavio Igea, 12-12-2015

Tres hombres eritreos de mediana edad se mezclan estos días discretamente con los habitantes de Bilbao. Llevan un mes en la ciudad e intentan adaptarse poco a poco a una nueva vida. Han huido de su país, son refugiados. «Algún día les explicaremos que son unos privilegiados», aseguraba hace poco Javier Galparsoro, presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi, la asociación que les acompaña en su aterrizaje. Aunque resulte paradójico destacar la fortuna de quien ha tenido que salir de su casa con lo puesto, jugándose la vida y dejando atrás a su familia, Galparsoro tiene razón. Son de los pocos que ya tienen la oportunidad de empezar de cero. El gran plan diseñado en verano por la Unión Europea para realojar a la avalancha de desplazados que están provocando los conflictos en África y Oriente Próximo se ha congelado antes de empezar. De los 15.000 que deben llegar a España en dos años, unos 2.000 ya tendrían que estar aquí, pero apenas se ha acomodado a doce. Y de momento no se espera a más.

Los recelos que ha provocado la masacre de París en todo el continente y la campaña electoral española han arrinconado un tema que ha pasado de ser calificado como una «prioridad humanitaria» a situarse en un discreto segundo plano. El pasado martes la ONG Amnistía Internacional criticaba que el debate televisivo celebrado horas antes por los candidatos de PSOE, Podemos y Ciudadanos y la vicepresidenta del Gobierno no dedicara «ni un segundo» al tema de los refugiados. Sí se habló de una posible intervención del Ejército español en Siria, pero no hubo mención a quienes escapan de aquel país. Fuentes del Gobierno vasco y de CEAR, que se mantienen en estado de prealerta desde septiembre, reconocen no obstante que pueden llegar nuevos desplazados mañana mismo. «Estamos preparados para darles alojamiento inmediato, pero no va a pasar. El panorama es desolador».

El pasado 8 de noviembre aterrizó en Barajas el primer contingente de refugiados. Iban a ser 50, pero el grupo quedó reducido a una docena de personas que se han repartido entre Galicia, Valencia, País Vasco y Madrid. Al recorte provocado por los problemas que las autoridades italianas y griegas están teniendo para identificar a los exiliados que llegan en masa a sus costas no se le dio importancia. Tampoco a que siete desplazados se negaran directamente a viajar a España, pese a que el viaje inaugural se presentó como el arranque de un goteo «constante» de acogidas. Pero no ha habido ni una más. Y tampoco explicaciones. Los portavoces del Ejecutivo central consultados insisten en culpar de todo al caos en Lesbos y Lampedusa.

La sospecha cierra fronteras

Claro que también está la alargada sombra del islamismo radical. Lo sucedido el 13 – N ha hecho que muchos países se cuestionen la acogida. O, cuando menos, los cupos asignados. Aunque el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, pidió tras los atentados de París no ceder «ante reacciones simplistas» – las autoridades griegas aseguraron que en uno de los lugares atacados en Francia se había hallado el pasaporte de un hombre que había entrado al continente por la isla de Leros – , se ha disparado el rechazo. Polonia dice ahora que no acepta refugiados, Macedonia ha levantado una valla en la frontera con Grecia, Francia asegura que la circulación de expatriados debe tener «límites», Hungría ha dado potestad a su ejército para actuar contra quien quiera acceder ilegalmente al país…

A pesar de este panorama, la llegada de refugiados al continente no cesa. El plan de la Unión Europea habla de acoger a 160.000 personas, pero según los datos ofrecidos ayer por el Eurostat – la oficina comunitaria de estadística – , solo entre julio y septiembre los países miembro han recibido 413.800 solicitudes de asilo. Alemania, Hungría (con 108.000 cada uno) y Suecia (42.500) encabezan el ranking de peticiones, mientras que España ha registrado 3.585 en ese periodo.

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